Nicaragua volvió a vivir la noche del pasado miércoles horas de zozobra. El régimen de Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, ejecutaron a través de la Policía Nacional una ‘noche de cacería’ contra opositores, activistas y líderes locales que se encontraban en el territorio nacional. La medida, de carácter arbitrario, consistió en el traslado masivo de entre 25 y 40 personas de todas partes del país con el fin de procesarlos por los delitos de «menoscabo a la soberanía nacional» y «propagación de noticias falsas», dos de las principales leyes represivas aplicadas en Nicaragua.
Entre las una y cinco de la mañana del jueves, la mayoría de detenidos fueron trasladados nuevamente a sus casas luego de ser acusados masivamente ante un juez. Las autoridades los obligaron a firmar la acusación y a comprometerse a presentarse todos los días a una delegación o juzgado local. De igual forma, cuentan con una restricción migratoria que les impide salir del país.
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«Fueron acusados por diferentes delitos, pero la mayoría responden a las leyes represivas del régimen. A todos les impusieron un abogado de oficio, y posteriormente el juez les impuso una medida alternativa a la prisión preventiva de presentación periódica», explicó la abogada nicaragüense Yonarqui Martínez, quien recepcionó más de una decena de denuncias a lo largo de la noche del miércoles.NOTICIA RELACIONADA

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Martínez explica que estas detenciones masivas son una nueva modalidad del régimen de Ortega y Murillo, que ha ajustado la represión hacia nuevos límites. «Nunca habíamos visto algo así en la historia reciente. Al menos no de esta forma tan masiva y coordinada en todos los departamentos del país», recalcó la jurista.
Mayor control social
Una fuente que se encarga de monitorear las detenciones políticas en Nicaragua, y que por seguridad pidió mantenerse en el anonimato, explicó a este medio que la acción del miércoles refleja el control que mantiene el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en todo el territorio. «Hay un mapeo de activistas, opositores y defensores de derechos humanos que todavía están en el país. Lo que están haciendo es empujar al exilio a la gente en una nueva oleada de terror», agregó.
Mientras en otras partes del mundo se conmemoraba el Día Mundial de la Libertad de Prensa, el régimen detuvo al periodista William Aragón, excorresponsal del diario ‘La Prensa’ en Madrid. Los policías lo despojaron de su computadora y de todos sus equipos electrónicos.
Las detenciones nocturnas fueron las mayores ocurridas en lo que va del año. A pesar de que el régimen sacó de las cárceles y desterró a 222 presos políticos el 9 de febrero pasado, 36 personas consideradas como reos políticos permanecen encarcelados en el país, según el independiente Mecanismo para el Reconocimiento de Presos Políticos.