El proyecto de presupuesto presentado por el presidente Javier Milei al Congreso ha generado una intensa polémica debido a las decisiones contradictorias en materia de asignación de fondos. Mientras las universidades y el sistema educativo enfrentan recortes, la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) recibirá un aumento significativo en su presupuesto.
Uno de los aspectos más llamativos es el aumento del 94% destinado a la SIDE, que pasará de $101.816 millones a $197.238 millones, en contraste con un ajuste del 28% para las universidades públicas. Además, el Gobierno ha decidido suspender la Ley de Financiamiento Educativo, lo que ha encendido alarmas en el sector educativo y ha colocado a las universidades en estado de alerta.
El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) había solicitado al Ejecutivo una asignación de 7,2 billones de pesos para cubrir los gastos salariales y operativos del próximo año, pero la respuesta fue un presupuesto de apenas 3,8 billones, lo que representa casi la mitad de lo requerido. Desde el CIN calificaron la propuesta como “insuficiente” y “mala”, y anticipan que esto agudizará el conflicto entre el Gobierno y las instituciones educativas.
La educación en jaque
La tensión creció aún más tras el anuncio de que el presidente Milei vetará la ley que aprobó el Congreso, la cual busca una actualización retroactiva de los gastos universitarios conforme a la inflación. Desde la oposición ya se ha anunciado que, tras el veto, convocarán a una sesión especial para insistir en la ley, acompañada de una marcha universitaria a nivel nacional.
El malestar también se extiende al sistema de educación inicial y media, ya que el proyecto de presupuesto suspende el artículo 9 de la Ley de Financiamiento Educativo, que garantizaba un aporte del 6% del PBI para la educación. Asimismo, se han suspendido los pisos de financiamiento establecidos para la ciencia y la tecnología, poniendo en peligro la continuidad de proyectos de innovación y desarrollo en el país.
Aumento presupuestario para la SIDE
En contraposición a los recortes en educación, la Secretaría de Inteligencia del Estado verá duplicado su presupuesto para el próximo año. Este incremento ha suscitado un fuerte rechazo de sectores opositores, que ya habían manifestado su descontento tras la asignación de $100.000 millones para “gastos reservados” a la SIDE por decreto. En respuesta, el Gobierno defendió la medida, afirmando que es necesaria para garantizar el normal funcionamiento del sistema de inteligencia en un “momento histórico” para el país.
La discusión sobre el aumento presupuestario de la SIDE llegará a la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos de Seguridad e Inteligencia, presidida por el senador Martín Lousteau (UCR), donde el titular de la SIDE, Sergio Neiffert, deberá rendir cuentas sobre el destino de estos fondos.
Mientras tanto, la comunidad educativa anticipa “un conflicto fuerte” si no se reconsideran las asignaciones presupuestarias para las universidades y el sistema educativo en general. La tensión entre las prioridades del Gobierno de Milei y las necesidades de la educación pública plantea un desafío clave para su gestión en los próximos años.