El discurso de Javier Milei en el Congreso, lejos de presentar un Presupuesto detallado, envió una señal clara a los acreedores: lo único garantizado es el superávit primario para pagar los intereses de la deuda de 2025. Aunque las dificultades económicas actuales están más vinculadas a la falta de dólares que a los problemas fiscales, el mercado interpretó esto como un guiño positivo. Sin embargo, el proyecto de Presupuesto, enviado posteriormente al Parlamento, despertó numerosas críticas por sus inconsistencias y un optimismo excesivo en las proyecciones macroeconómicas.
Proyecciones optimistas e inconsistencias
El proyecto prevé una inflación del 18,3% para fines de 2025, lo que implicaría un promedio mensual del 1,4%. Según Haroldo Montagu, exviceministro de Economía, estas cifras resultan llamativas dada la situación actual, en la que la inflación mensual supera el 3%. Además, el crecimiento proyectado del Producto Bruto Interno (PBI) del 5% genera dudas, ya que los motores de este repunte, como la industria y el comercio, no parecen alinearse con los indicadores actuales, que muestran caídas en la producción.
Inflación y devaluación, ¿proyecciones poco realistas?
El presupuesto también prevé una apreciación del tipo de cambio, con el dólar mayorista a $1.207 para fines de 2025, algo que muchos economistas consideran insostenible sin reservas suficientes. Esto, junto con la proyección de una inflación tan baja, fue interpretado por el mercado como una indicación tácita de la continuidad del cepo cambiario.
Crecimiento del PBI sin bases claras
El gobierno de Milei proyecta un crecimiento del PBI real del 5%, impulsado principalmente por la industria y el comercio, con subas de 6,2% y 6,7%, respectivamente. Sin embargo, economistas como Montagu cuestionan la viabilidad de estos números, señalando que no queda claro qué factores impulsarán esta recuperación, especialmente cuando la industria ha mostrado caídas interanuales significativas.
Las dudas sobre la duplicación de ingresos por retenciones
Uno de los puntos más criticados fue la proyección de duplicar los ingresos por retenciones en 2025. Esto generó suspicacias entre los analistas, ya que no parece haber fundamentos claros para tal incremento, considerando las proyecciones de tipo de cambio y valor de exportaciones. Según Outlier, esto es una de las principales inconsistencias del proyecto.
Un Presupuesto sin hoja de ruta clara
En definitiva, el Presupuesto 2025 parece reflejar la falta de un plan concreto para alcanzar el déficit cero. Si bien Milei ha enviado señales positivas a los mercados, la ausencia de una hoja de ruta clara genera incertidumbre entre los economistas, quienes advierten que muchas decisiones podrían tomarse sobre la marcha, como ya ha ocurrido en este año.
El optimismo del gobierno es evidente, pero las dudas sobre la viabilidad de sus proyecciones macroeconómicas siguen latentes.