En su plan económico, Carlos Melconian, el economista de la Fundación Mediterránea, busca abordar de manera integral los desafíos económicos que enfrenta Argentina. Uno de los principales objetivos es lograr un déficit fiscal primario cero, es decir, dejar de emitir dinero para financiar el déficit y reducir la dependencia del financiamiento externo. Para lograr esto, se propone recortar el gasto público en unos 3,5 o 4 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) con el fin de alcanzar el equilibrio fiscal.
A diferencia de otras propuestas más radicales, como la de Javier Milei con su «Plan Motosierra» que plantea reducir el gasto público en 13 puntos del PIB, Melconian busca una reducción más moderada y gradual para evitar impactos drásticos en la economía y en la población. Su enfoque es más pragmático y busca la estabilidad económica sin generar un impacto «catastrófico».
En cuanto a las tarifas de energía y transporte, el equipo de Melconian considera que están «recontraatrasadas» y prevén una quita de subsidios para la clase media. Sin embargo, aseguran que el encarecimiento de los servicios será menor que las medidas aplicadas por Sergio Massa en el pasado. Se mantendrá la tarifa social para los sectores más vulnerables.
En cuanto a los planes sociales, Melconian propone revisar los 38 programas sociales existentes en varios ministerios para evitar duplicaciones de beneficios y focalizarlos en quienes más lo necesitan. El objetivo es reducir el gasto en esta área sin dejar desprotegidos a los sectores más vulnerables.
Otra área en la que se enfoca es el déficit de las empresas públicas, que representa un punto del PIB. Aquí, se busca reducir el gasto en aquellas empresas que no están funcionando de manera eficiente y transparente.
En cuanto al sistema monetario, Melconian aboga por consolidar el bimonetarismo, legalizando la convivencia del peso y el dólar mediante una reforma del Código Civil. Su intención no es eliminar el cepo cambiario de forma abrupta, sino reducir la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo. Así, busca evitar que el país sea objeto de la especulación de capitales externos.
En cuanto a la infraestructura, Melconian pretende crear un Ministerio de Economía que se encargue de organizar y priorizar los proyectos de inversión en infraestructura. Entre los proyectos prioritarios se encuentran los relacionados con energía, como los gasoductos, las obras sanitarias y los trenes de carga. Se evaluará también la eficiencia y necesidad de los proyectos público-privados (PPP) para evitar situaciones como las vividas durante el gobierno de Macri.
El economista también plantea una reforma laboral enfocada en reducir el «kiosco de los juicios», buscando medidas que promuevan una mayor flexibilidad y seguridad jurídica para las empresas. Si bien Melconian no descarta despidos, aclara que no serían masivos.
En cuanto a la política comercial, Melconian espera el resultado de las negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea para definir su postura al respecto. Sin embargo, considera que el principal obstáculo para el comercio exterior actualmente es el cepo cambiario y su eventual levantamiento podría favorecer la apertura de la economía.
En lo que respecta al sistema previsional, Melconian plantea aumentar la edad jubilatoria, revisar los esquemas de movilidad y eliminar las moratorias para acceder a las jubilaciones. Su objetivo es buscar la sostenibilidad del sistema previsional a largo plazo.
En general, el plan económico de Carlos Melconian apunta a un enfoque gradualista y pragmático, buscando equilibrar las finanzas públicas y reducir el déficit sin generar un impacto drástico en la población. Su visión es orientada hacia un sistema occidental y capitalista, priorizando la estabilidad económica y la reducción de la inflación para beneficiar tanto a trabajadores como a empresarios. Sin embargo, como con cualquier plan económico, su implementación estaría sujeta a diversos factores y desafíos que deberían enfrentarse en el futuro político y económico del país.