El Papa del Caribe: León XIV y el asombroso hallazgo de su herencia cubana

Nacido en Chicago y forjado entre Perú, Europa y Roma, el nuevo Pontífice tiene un antepasado nacido en La Habana en el siglo XVIII. Un linaje atravesado por la migración, que une a Cuba, Estados Unidos y España con el trono de San Pedro.

n descubrimiento genealógico reciente arrojó una revelación inesperada sobre el nuevo líder de la Iglesia Católica: el Papa León XIV, cuyo nombre secular es Robert Francis Prevost, tiene sangre cubana. Aunque nació en Chicago y su vocación religiosa lo llevó por Perú, Europa y finalmente Roma, una investigación publicada por medios españoles acaba de sacar a la luz un pasado que conecta al Pontífice con la isla caribeña.

En el centro de esta historia aparece el nombre de Manuel José Ramos, nacido en La Habana en 1760. Según el informe, Ramos emigró a Nueva Orleans siendo joven, cuando la ciudad aún formaba parte del Imperio español. Este hallazgo convierte a León XIV en el primer Papa de la historia moderna con vínculos familiares directos con Cuba.

De La Habana colonial al Vaticano
El árbol genealógico no se detiene en Manuel José. Los investigadores también identificaron a sus padres: Vicente Ignacio Ramos y María Bastos, nacidos alrededor de 1730 en la capital cubana. Así se reconstruye un linaje que se remonta a la Cuba colonial, cuando la isla era uno de los bastiones más importantes de la Corona española en América.

Otros nombres como Jacques Martínez (o Martino) y Marguerite Cadeneth completan este rompecabezas familiar. Ambos figuran en documentos oficiales de la época como antecesores directos del Papa y también habrían vivido en la isla.

Una historia marcada por la migración
La familia materna del Papa León XIV continuó su itinerario transatlántico. En el siglo XIX, sus bisabuelos James Jacques Martínez y Marie Rosa Ramos se asentaron en Nueva Orleans, una ciudad que durante mucho tiempo funcionó como puente cultural entre Cuba y Estados Unidos.

El resultado es un linaje que mezcla raíces hispano-cubanas, migración criolla y herencia europea. Un Pontífice con identidad transatlántica, forjado entre Latinoamérica, el Caribe y Europa.

Un vínculo personal con Cuba
Más allá de su árbol genealógico, el vínculo de Robert Prevost con Cuba no es sólo ancestral: también es personal. Durante su etapa como Superior General de la Orden de San Agustín, visitó la isla en dos ocasiones: en abril de 2008 y en febrero de 2011.

En ambas visitas, recorrió comunidades humildes en La Habana, Ciego de Ávila, Las Tunas y Holguín, donde fue recibido con calidez. «Fue un hombre cercano, sencillo y muy querido», recuerdan quienes compartieron con él aquellos días. Un eco humano de aquel pasado lejano que, hoy, resuena en el corazón mismo de la Iglesia.

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