El FMI anticipa un cambio de era: menor crecimiento, desafíos al dólar y el liderazgo global de EE.UU. en entredicho
Durante más de ocho décadas, la economía mundial funcionó bajo un esquema definido: Estados Unidos como potencia dominante, el dólar como moneda hegemónica y el libre comercio como motor del crecimiento global. Pero ese modelo, advierte ahora el Fondo Monetario Internacional (FMI), está siendo cuestionado y reconfigurado.
“Estamos entrando en una nueva era”, alertó Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI. “Este sistema económico global que ha funcionado durante los últimos ochenta años está siendo reiniciado”.
La advertencia acompaña la publicación del último informe de Perspectivas Económicas Mundiales, que ajusta a la baja las proyecciones de crecimiento global. Para 2025, el organismo prevé un crecimiento del 2,8%, por debajo del 3,3% estimado en enero. Y para 2026, el pronóstico también retrocede: de 3,3% a 3%.
Estados Unidos: menos crecimiento y más riesgo de recesión
El freno también se hace sentir en la economía estadounidense. La nueva estimación del FMI para 2025 anticipa una expansión de apenas 1,8%, una caída significativa respecto al 2,7% que se proyectaba hace solo unos meses. El informe atribuye este retroceso a tasas de interés persistentemente altas, incertidumbre fiscal, y una inversión privada más débil.
Además, el Fondo elevó la probabilidad de una recesión en Estados Unidos del 25% al 40%, en un contexto de crecientes tensiones comerciales y fragmentación tecnológica global.
El dólar, bajo presión
Más allá de las cifras, el FMI también advierte sobre un fenómeno estructural: el poder del dólar como moneda dominante está siendo cuestionado. Aunque sigue siendo la principal divisa de reserva y transacción internacional, su centralidad podría erosionarse si se profundiza la fragmentación económica global.
El avance de acuerdos bilaterales, el uso creciente de monedas digitales y el desarrollo de sistemas de pago alternativos son señales de un sistema que busca reducir su dependencia del dólar y, por extensión, de Estados Unidos.
Un mundo más fragmentado
Para el FMI, el desafío que enfrenta EE.UU. es doble: sostener su influencia en el sistema financiero global y adaptarse a una economía internacional crecientemente multipolar. El resultado de esa transición marcará la próxima década y definirá si el país puede seguir ejerciendo su rol tradicional como centro de gravedad de la economía mundial.