Debate y Convergencia

El misterioso enclave de Bejucal: ¿China utiliza Cuba como base de espionaje

En las afueras del tranquilo pueblo cubano de Bejucal, un camino lleno de baches que se pierde en la selva termina en una alambrada oxidada. Un cartel advierte: “No Pase. Zona Militar”.

Lo que hay más allá sigue siendo en gran medida un misterio, aunque el gobierno de Estados Unidos ha sospechado durante mucho tiempo que China lleva a cabo una operación de recopilación de inteligencia en el sitio de la era soviética.

Un reportero de Reuters viajó esta semana a Bejucal, logrando un inusual acceso al área alrededor del sitio que permanece como una caja negra, incluso para los locales, pero que ha salido a la luz luego de que el Gobierno de Estados Unidos reveló su preocupación de que Beijing pueda estar usando la isla como un puesto de espionaje. El Wall Street Journal citó la semana pasada a funcionarios estadounidenses diciendo que un nuevo esfuerzo de los servicios de seguridad de China estaba en marcha en Cuba, en momentos en que las relaciones entre Beijing y Washington están en mínimos de varias décadas.

Reuters observó antenas parabólicas gigantes en lo alto de una cresta por encima del pueblo, coronando apenas una hilera de palmeras reales. Una cúpula grande cerrada de metal blanco y oxidado, del tipo que alberga antenas, se cernía sobre la selva oscura, decorada en sus flancos con triángulos negros crípticos, algunos invertidos. Hombres no identificados en motos vestidos de civil fotografiaron a los reporteros.

Estados Unidos cree que la base poco conocida, a solo 187 kilómetros de Key West, Florida, se utiliza para interceptar comunicaciones electrónicas de Washington, según un documento de la Comisión Federal de Comunicaciones de noviembre de 2022. En un campo ondulado alrededor de varias palmas, caña de azúcar y plantaciones de plátanos, muchos cubanos alrededor de Bejucal todavía viven, como lo hacían hace décadas, trabajando en las parcelas agrícolas, viajando en bicicleta o a caballo y con una cobertura de Internet a menudo irregular.

Arnaldo Pérez, un agricultor de 61 años, ha pasado su vida en Bejucal y dijo a Reuters que no tenía idea de quién podría estar detrás de las extensas antenas verdes y blancas en forma de platillo metidas entre las lomas por encima de la ciudad.

“Sé que eso tiene algo que ver con los militares”, sostuvo Pérez, señalando hacia la cresta mientras montaba su caballo y carruaje hacia la ciudad. “Pero soy una persona de campo. Me importa mi propio negocio”.

El pueblo agrícola de Bejucal ha sido durante mucho tiempo un lugar de secretos. Ubicado a unos 33 kilómetros de La Habana, ganó notoriedad luego de que aviones espías estadounidenses descubrieron una serie de ojivas nucleares soviéticas en medio de la crisis de los misiles en Cuba de 1962.

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