El Merval sube con fuerza mientras crecen expectativas por el MSCI, el FMI y el cese del conflicto en Medio Oriente

Los mercados financieros argentinos mostraron un sólido desempeño este martes, impulsados por una serie de factores externos e internos que alentaron el apetito por riesgo. Entre ellos, destacaron la expectativa por la decisión de Morgan Stanley Capital International (MSCI) sobre la reclasificación del estatus bursátil del país, la llegada de funcionarios del FMI para revisar el nuevo acuerdo crediticio, y un contexto internacional más calmo tras la tregua entre Irán e Israel, que ayudó a enfriar el precio del petróleo.

En ese marco, el índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires escaló un 4,2% y alcanzó los 2.064.590 puntos, despegándose así de su piso más bajo en más de siete meses (desde el 5 de noviembre de 2024). Fue una reacción optimista de los inversores ante el posible inicio de un ciclo de recuperación para los activos argentinos.

Bolsas globales y ADR en alza

El entusiasmo no se limitó al ámbito local: los principales índices de Wall Street subieron entre 1,1% y 1,4%, en un marco de mayor tranquilidad financiera global. En paralelo, el oro —activo de refugio en contextos de alta incertidumbre— retrocedió 1,7%, lo que sugiere una menor aversión al riesgo por parte de los inversores.

Entre los papeles argentinos que cotizan en Nueva York (ADR), se destacaron las subas de Banco Supervielle (+8,5%) y BBVA Argentina (+7,1%), en un movimiento que reflejó también el optimismo por las señales desde Washington y las expectativas de una recalificación positiva para el país.

Bonos y dólar: leves avances

En el segmento de renta fija, los bonos soberanos en dólares (tanto Bonares como Globales) registraron una ganancia promedio del 1,9%. Por su parte, el dólar mayorista subió apenas 0,3% a $1.174,50, en una jornada en la que el Banco Central no intervino en el mercado de cambios.

El dólar blue trepó cinco pesos hasta los $1.215 para la venta, su precio más alto desde el 24 de abril, y dejó la brecha con el tipo de cambio oficial mayorista en un contenido 3,4%.

El factor MSCI y la ilusión postergada

Uno de los eventos más esperados por el mercado era la revisión anual del MSCI, que finalmente postergó el tan ansiado regreso de Argentina al grupo de «mercados emergentes». Según analistas del Grupo IEB, “el mejor escenario posible era quedar ‘en revisión’, lo cual tiene un impacto positivo, aunque todavía no habilita los flujos millonarios de inversión que sí generaría el regreso formal a la categoría emerging market, algo que podría darse recién en 2026”.

JP Morgan estimó el año pasado que la reinclusión de Argentina en ese índice implicaría ingresos de hasta USD 3.000 millones en fondos pasivos globales. Por ahora, esa posibilidad sigue lejana.

Visita del FMI y situación fiscal

En simultáneo, una misión técnica del Fondo Monetario Internacional llegó a Buenos Aires para realizar la primera revisión del nuevo acuerdo por USD 20.000 millones. El cumplimiento de las metas fiscales y la falta de reservas líquidas en el Banco Central serán dos puntos clave en la agenda.

Por ahora, las reservas internacionales mostraron un inusual salto de USD 331 millones en la jornada, alcanzando los USD 41.218 millones, su nivel más alto desde febrero de 2023. Desde el mercado explicaron que se trató de un movimiento técnico, no vinculado a nuevos desembolsos externos ni compras en el mercado de cambios.

Petróleo en baja, respiro para la inflación

A nivel global, el alto el fuego en Medio Oriente trajo alivio a los mercados energéticos. El precio del crudo cayó hasta tocar un mínimo de dos semanas, ante la expectativa de una menor disrupción en la oferta mundial. Ese descenso podría tener implicancias positivas para las presiones inflacionarias a nivel internacional y también para los precios internos en países como Argentina, altamente sensibles al valor de la energía.

En síntesis, la jornada bursátil del martes dejó una combinación de señales alentadoras para el mercado local: subas generalizadas en acciones y bonos, un contexto externo más calmo, expectativas renovadas con el FMI y el MSCI, y una pausa en el conflicto que impacta directamente en los precios del petróleo. Sin embargo, la recuperación aún depende de factores estructurales pendientes: consolidación fiscal, acumulación de reservas y, sobre todo, mayor previsibilidad política.

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