El kirchnerismo busca rechazar los pliegos de Lijo y García-Mansilla en el Senado

La decisión de la Corte Suprema de no habilitar la licencia sin goce de sueldo del juez Ariel Lijo para asumir en el máximo tribunal -donde fue designado por decreto- ha generado un fuerte impacto en el Senado. El kirchnerismo está reuniendo los votos necesarios para rechazar su pliego y el de Manuel García-Mansilla, quien sí pudo jurar.

Dado que no hay consenso total dentro de la bancada de Unión por la Patria (UP), se requiere el apoyo de sectores de la oposición para garantizar el rechazo de los pliegos. Algunos senadores de la UCR y del PRO podrían ser clave en la convocatoria de la sesión.

Las negociaciones en la Cámara Alta se intensificaron después de que fracasara el pedido de licencia de Lijo, lo que generó sospechas dentro del kirchnerismo sobre una presunta maniobra del gobierno de Javier Milei, dirigida por Santiago Caputo. “Querían a su candidato y borrar al que podía tener consenso. No se la vamos a permitir”, afirmó una autoridad de UP en el Senado.

El pliego de Lijo obtuvo dictamen de la Comisión de Acuerdos, pero no alcanzó los dos tercios necesarios para su aprobación. En el caso de García-Mansilla, ni siquiera logró las firmas para el despacho, aunque contó con el respaldo de la Corte Suprema para su juramento.

Según explicó Letra P, el kirchnerismo evitó llevar al recinto el pliego de Lijo debido a diferencias internas. Sin embargo, todos sus miembros acordaron en noviembre no respaldar a quienes aceptaran asumir por decreto. Para evitar exponer la división en su bloque, el sector alineado con Cristina Fernández de Kirchner postergó la estrategia de convocar una sesión para rechazar los pliegos hasta este jueves, cuando se confirmó el fracaso del pedido de licencia de Lijo.

Un escenario incierto en el Senado

Dentro de los 34 senadores de UP, no más de 20 están dispuestos a votar en contra del pliego de Lijo en caso de que llegue al recinto. Este grupo es liderado por la kirchnerista Juliana Di Tulio. Por otro lado, García-Mansilla no cuenta con apoyo dentro del peronismo. Para rechazar un pliego formalmente, se requieren al menos 25 votos, un tercio del recinto.

Entre los posibles aliados del kirchnerismo se encuentran Carolina Losada y Pablo Blanco (UCR), Francisco Paoltroni (exlibertario) y algunos senadores del PRO, aunque no está claro si se sumarán a una estrategia impulsada por el kirchnerismo. Para evitar exponerlos, Di Tulio buscará que la sesión sea convocada por al menos cinco senadores opositores ajenos a su bloque.

El mayor desafío será garantizar el cuórum de 37 senadores. En UP aseguran que la unidad del bloque no está en riesgo, aunque reconocen que los gobernadores peronistas no están dispuestos a votar en contra de un juez federal.

El rol clave de Victoria Villarruel

El futuro de los pliegos depende de la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien definirá la fecha de la sesión si recibe una solicitud formal. Desde su asunción, ha utilizado los vacíos reglamentarios para manejar los tiempos de las sesiones según su criterio.

El año pasado, Villarruel retrasó citaciones sobre temas polémicos como las dietas legislativas y el DNU 70/23, demostrando que tiene la facultad de dilatar decisiones clave. Además, se ha manifestado en contra de Lijo debido a su actuación en la causa del asesinato del sindicalista José Ignacio Rucci.

El Gobierno ha dejado en claro que no retirará los pliegos, lo que implica que, si son rechazados en el Senado, García-Mansilla debería renunciar a su cargo en la Corte, donde Milei lo designó por decreto hasta el 30 de noviembre. Desde el oficialismo sostienen que su salida solo podría darse mediante un juicio político.

Mientras tanto, Lijo ha confirmado a través de sus voceros que no renunciará a su juzgado, lo que le impediría asumir en la Corte a menos que su pliego sea aprobado en el Senado, un escenario que hoy parece poco probable.

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