El juego del poder: Kicillof desdobla y el kirchnerismo redibuja la estrategia electoral del PJ

La decisión de Axel Kicillof de desdoblar las elecciones en la provincia de Buenos Aires desató un tembladeral en el interior del peronismo. La medida obligó a Cristina Kirchner y Sergio Massa a recalcular la estrategia electoral del espacio, al tiempo que el kirchnerismo más duro redobló la presión para que el gobernador revierta su decisión.

Apenas finalizada la conferencia en la que Kicillof anunció el desdoblamiento, una de las principales referentes del kirchnerismo provincial ratificó que insistirá con un proyecto de ley que condicione la suspensión de las PASO a la implementación de elecciones concurrentes.

Con el escenario ya modificado, el ala dura K comenzó a considerar la posibilidad de mantener la contienda interna, no para fomentar la unidad, sino como una jugada para forzar a Kicillof a presentar candidatos competitivos frente a posibles postulaciones impulsadas por Cristina Kirchner o incluso por la propia expresidenta.

El debate se trasladó al Senado bonaerense. El bloque de Unión por la Patria, alineado con Cristina, tiene previsto reunirse el lunes para definir su postura parlamentaria. Podrían llegar a tratarse dos proyectos: el presentado por el Ejecutivo provincial, que promueve suspender las PASO, y otro del sector cristinista, que supedita esa suspensión a la realización de elecciones concurrentes. Una tercera opción sería directamente bloquear el tratamiento legislativo no dando quórum.

Desde el massismo, en cambio, plantearon que mantener las PASO puede ser la salida menos traumática para una interna tensionada. Esa misma línea fue reforzada por la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, quien sostuvo que las diferencias deben resolverse en las urnas, y reiteró que Cristina Kirchner está dispuesta a ser candidata si el calendario electoral se modifica.

La posibilidad de que la expresidenta encabece una lista en la tercera sección electoral y arme fórmulas fuertes en otras zonas podría empujar a Kicillof a poner en juego su capital político en internas desafiantes. Massa, por su parte, resiste la idea, pero su eventual candidatura en la primera sección también está sobre la mesa.

El trasfondo es estratégico: el peronismo busca blindar su bastión bonaerense para frenar el avance de Javier Milei, quien ya consolidó a La Libertad Avanza a nivel nacional. En ese esquema, sólo Mauricio Macri quedaría como figura con proyección para disputar el liderazgo opositor si decide volver al ruedo.

Mientras tanto, Kicillof sostiene su decisión. Desde su entorno aseguran que la definición del calendario electoral es potestad del gobernador, y minimizan el proyecto legislativo como un mensaje hacia la interna más que una amenaza concreta. Pero el kirchnerismo no cede: “Desdoblar es dividir”, advirtió Wado de Pedro, y subrayó que una elección unificada suma más votos para el proyecto nacional del peronismo.

El presidente del bloque de UxP en Diputados bonaerense, Facundo Tignanelli, aún apuesta a un acuerdo de unidad: “Para mayo hay tiempo de encontrar puntos en común. Hay que nacionalizar la campaña y no encerrarse en lo provincial”.

El reloj corre, las tensiones crecen, y la interna peronista se convierte en una disputa por el control político del territorio más codiciado: la provincia de Buenos Aires.

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