En el primer trimestre del 2023, el 60% de los trabajadores del país ganó por debajo de la canasta básica, evidenciando el impacto de la inflación en los ingresos y la necesidad de buscar más trabajo para complementarlos. Aunque se ha registrado un aumento en el nivel de ocupación, los datos oficiales indican que gran parte de este incremento proviene de ocupados sin registrar.
Según el Ministerio de Trabajo nacional, en los últimos dos años la cantidad de personas empleadas aumentó un 10,1%, alcanzando la proporción más alta desde el 2003. Sin embargo, el deterioro del poder adquisitivo se mantiene a lo largo del tiempo. Los salarios continúan por debajo de los niveles de fines de 2019, y en abril de 2023, todos los tipos de salarios quedaron nuevamente por debajo de la inflación mensual.
El salario promedio actual ha disminuido entre $80.000 y $90.000 desde 2015, lo que implica que cada trabajador ha perdido casi $5 millones en ese periodo. Además, las estadísticas muestran un aumento de la desigualdad en la distribución del ingreso, con una brecha significativa entre los diferentes deciles de la población.
El aumento de la población económicamente activa refleja la necesidad de buscar empleo adicional para compensar la pérdida de poder adquisitivo. Si bien se ha creado empleo registrado en diversos sectores, se observa un mayor incremento en el empleo no registrado. Esta heterogeneidad en el mundo laboral contribuye a la fragmentación y exclusión de una parte importante de los trabajadores.
El estancamiento en la actividad económica plantea desafíos para mejorar las condiciones de vida de la población. El crecimiento económico y la creación de empleo no han sido suficientes para reducir la pobreza, y se teme que un estancamiento económico y el deterioro del salario real empeoren la situación. A pesar de la recuperación de los ingresos de los trabajadores, estos no lograron compensar la caída sufrida durante la crisis anterior.
Si bien se proyecta una continuidad en la expansión del empleo para los próximos meses, es importante considerar los desafíos que enfrentan los trabajadores argentinos debido a la inflación y la precariedad laboral. La búsqueda de soluciones que promuevan la estabilidad económica y laboral se vuelve fundamental para garantizar un nivel de vida digno para todos los ciudadanos.