El Gobierno decide no ajustar impuestos y deja que el dólar tarjeta baje a $1.300, en medio de un contexto de estabilización cambiaria

El Gobierno ha resuelto no compensar a fin de año la caída en el costo de los consumos en dólares con tarjeta de crédito, una decisión que marca un giro en su estrategia para la administración de divisas. Tras semanas de debate en despachos oficiales, finalmente se descartó la idea de incrementar los recargos impositivos que gravan los pagos en divisas, ya sea para turismo en el exterior o para el uso de servicios internacionales como el streaming. Esta decisión fue facilitada por la reciente caída sostenida de los dólares paralelos, lo que, según fuentes oficiales, hizo innecesario aplicar medidas adicionales de control.

Un dólar tarjeta más accesible, pero sin nuevos impuestos

Con esta medida, el tipo de cambio aplicado a los consumos con tarjeta de crédito —actualmente en torno a los $1.630— podría bajar a la zona de los $1.300 hacia fin de año. La reducción es posible gracias al fin del impuesto PAIS, quedando solo un 30% a cuenta del impuesto a las Ganancias. Esto implica que el dólar tarjeta estaría apenas 200 pesos por encima del dólar MEP, que esta semana tocó los $1.100.

La disyuntiva que enfrentaba la Casa Rosada era clara: o bien aumentar la carga impositiva para sostener un tipo de cambio elevado y proteger las reservas del Banco Central, o permitir que el fin de los impuestos abaratara el consumo en dólares, incentivando, por ejemplo, los viajes al exterior. Finalmente, prevaleció la segunda opción, respaldada por la reciente estabilidad en los mercados financieros, que muestra una baja en la presión sobre los dólares paralelos (MEP y contado con liquidación).

Impacto en las reservas y la balanza turística

El equipo económico, que hasta hace pocas semanas evaluaba un ajuste impositivo, celebra ahora la estabilidad lograda en el mercado cambiario. Sin embargo, persisten las preocupaciones sobre el impacto que tendrá esta decisión en la balanza turística. A pesar de que gran parte del consumo en el exterior se realiza con dólares propios (ya sea adquiridos en el mercado MEP o en efectivo), el saldo de la cuenta de turismo sigue siendo deficitario.

Un informe reciente de la consultora Analytica reveló que en septiembre el déficit por turismo alcanzó los USD 593 millones, con un acumulado de USD 3.939 millones en lo que va del año. Aunque estos números aún se sitúan por debajo del promedio histórico de USD 760 millones mensuales para el período 2016-2023 (excluyendo los años de pandemia), sigue siendo un área de preocupación. Según Analytica, la eliminación del impuesto PAIS podría llevar el tipo de cambio para el turismo a niveles de 2017 y 2018, cuando el déficit en la cuenta cambiaria por viajes al exterior superaba los USD 1.600 millones mensuales, ajustado a valores actuales.

¿Qué pasará si los dólares paralelos suben nuevamente?

El gran interrogante que surge es cómo reaccionará el Gobierno si el dólar MEP y el contado con liquidación revierten su tendencia a la baja y regresan a niveles más altos, en torno a los $1.300. La preocupación radica en que, en ese caso, el consumo de divisas con tarjeta podría volverse más atractivo, generando una mayor presión sobre las reservas del Banco Central.

Actualmente, los funcionarios económicos consideran que una gran parte del gasto en dólares en el exterior no está afectando directamente las reservas, ya que muchos argentinos utilizan sus propios dólares adquiridos en el mercado paralelo. Sin embargo, si la demanda por el dólar MEP se incrementa para financiar consumos en el extranjero, esto podría elevar la brecha cambiaria y obligar al Gobierno a intervenir para mantener la estabilidad.

El optimismo ante la unificación cambiaria y la eliminación del cepo

El Gobierno celebró esta semana que el dólar MEP haya tocado los $1.100, un nivel que en conversaciones privadas los funcionarios consideran clave para unificar el tipo de cambio. Según analistas del mercado, si la tendencia continúa, el dólar oficial podría acercarse a esta cotización para marzo de 2025, fecha prevista para el fin del cepo cambiario, como lo anticipó el presidente Javier Milei.

Por su parte, la consultora 1816 destacó que los consumos en dólares de los argentinos en el exterior, utilizando tarjetas de crédito, alcanzaron un nuevo máximo desde 2018, con un promedio mensual cercano a los USD 800 millones. Esta cifra refleja la fuerte demanda de divisas para gastos fuera del país, un desafío que el Gobierno deberá monitorear de cerca para evitar presiones adicionales sobre el tipo de cambio y las reservas.

Conclusión: una apuesta arriesgada en un contexto de estabilización

La decisión de no aumentar los impuestos a los consumos en dólares con tarjeta refleja un enfoque orientado a favorecer la reactivación del consumo y el turismo en el exterior, en un contexto de menor presión inflacionaria y estabilización cambiaria. Sin embargo, queda por ver si esta política será sostenible en el tiempo, especialmente si las reservas del Banco Central continúan debilitándose y los dólares paralelos vuelven a subir.

A medida que se acerca el fin del cepo cambiario y la prometida unificación del tipo de cambio, el Gobierno deberá equilibrar cuidadosamente sus políticas para evitar un desbalance que podría revertir los avances logrados en los últimos meses.

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