Mientras el Gobierno argentino aguarda que el Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe la primera revisión del programa de US$ 20.000 millones firmado en abril —lo que habilitaría un desembolso de US$ 2.200 millones—, el organismo internacional emitió un diagnóstico contundente: las reservas siguen siendo críticas, la competitividad está comprometida y aún faltan reformas estructurales para estabilizar la economía.
El análisis se publicó en el informe “Desequilibrios globales en un mundo cambiante”, que evalúa el sector externo de 30 economías, tomando datos hasta mayo de 2025.
Reservas en el centro del debate
El FMI sostiene que la posición externa de la Argentina sigue siendo más débil de lo que justificarían sus fundamentos macroeconómicos.
“Los fundamentals económicos han mejorado desde finales de 2023, pero las reservas internacionales netas siguen siendo críticamente bajas”, señaló el organismo. Si bien el Banco Central logró recomprar divisas en 2024, la dinámica cambió a partir de mediados del año pasado: las reservas netas cerraron marzo en US$ -6.000 millones, y aunque se estabilizaron tras el nuevo programa con el Fondo, “la cobertura sigue siendo insuficiente”.
La meta era acumular US$ 4.400 millones a junio, pero el Gobierno pidió postergar el objetivo a julio. Según estimaciones privadas, restan US$ 3.800 millones para septiembre.
Reformas y competitividad: las exigencias del Fondo
El organismo condiciona el éxito del programa a la aplicación sostenida de reformas estructurales:
- Un régimen fiscal sólido y un sistema cambiario más flexible,
- Medidas activas para reconstruir reservas,
- Reformas que mejoren la productividad y la competitividad para atraer inversión extranjera directa.
El FMI también insistió en la necesidad de un tipo de cambio más flexible y en la flexibilización gradual de las restricciones cambiarias. La apreciación del peso —más del 40% en el primer trimestre de 2025— preocupa al organismo porque encarece las exportaciones y resta competitividad.
Déficit de dólares y vulnerabilidades externas
La cuenta corriente pasó de un déficit del 3,4% del PBI en 2023 a un superávit del 1% en 2024, gracias al ajuste fiscal y la devaluación de diciembre de 2023. Sin embargo, el FMI prevé un déficit del 0,4% en 2025 por el repunte de la demanda y la apreciación del peso.
Además, advierte sobre la elevada posición negativa del sector público, contrastando con los altos activos que los argentinos mantienen en el exterior:
“La elevada posición de inversión internacional positiva de Argentina refleja las tenencias privadas en el extranjero (de bajo rendimiento), mientras la posición externa del gobierno sigue en territorio profundamente negativo”.
Cautela con los capitales especulativos
El organismo destacó el levantamiento gradual del cepo desde fines de 2023 y las medidas de abril de este año, pero advirtió que la liberalización cambiaria debe ir acompañada de “políticas macroprudenciales sólidas para evitar desequilibrios y flujos especulativos volátiles”.
Una advertencia en medio de la espera por el desembolso
El board del FMI tratará el jueves 31 la revisión del programa. Pese a los esfuerzos del ministro Luis Caputo, el organismo insiste en que la estabilidad dependerá de la velocidad de las reformas y de la reconstrucción de reservas.
En palabras del informe: “La sostenibilidad externa de la Argentina solo se alcanzará con disciplina fiscal, un tipo de cambio más alineado al mercado y reformas estructurales que liberen su potencial exportador, especialmente en energía y minería”.