El fin del efecto Flynn: la caída global del coeficiente intelectual y sus posibles causas

Durante gran parte del siglo XX, se observó un aumento sostenido en los coeficientes intelectuales (CI) de la población, un fenómeno conocido como el Efecto Flynn. Este término, acuñado en honor al investigador neozelandés James Flynn, describe cómo el CI promedio subía alrededor de tres puntos por década, reflejando un progreso intelectual constante a nivel global. Sin embargo, recientes estudios científicos revelan que esta tendencia se ha revertido en varias naciones.

Un trabajo relevante del Centro de Investigación Económica Ragnar Frisch, en Noruega, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, muestra que los noruegos nacidos después de 1975 presentan un CI promedio inferior al de generaciones anteriores. Esta caída, reportada por medios internacionales como BBC News, también se ha confirmado en países como Dinamarca, Reino Unido, Francia, Holanda y Finlandia, donde las puntuaciones en pruebas de inteligencia han disminuido significativamente en comparación con décadas previas.

La caída del CI y su magnitud

El análisis noruego, basado en datos de casi 750.000 hombres evaluados entre 1962 y 1991, confirma que el Efecto Flynn se mantuvo hasta 1975, pero desde entonces el promedio de CI comenzó a descender abruptamente, con una caída de siete puntos por generación. El estudio descartó que esta reducción se explique por un aumento en la tasa de nacimientos de personas con menor inteligencia, pues también se detectó un descenso en la inteligencia familiar, lo que apunta a factores ambientales como los principales responsables.

En Estados Unidos, otro estudio publicado en la revista Intelligence evidenció una disminución en habilidades cognitivas como el razonamiento lógico, el vocabulario, la resolución de problemas visuales, las analogías y las capacidades matemáticas, a partir del análisis de respuestas de casi 400.000 ciudadanos.

Hipótesis sobre las causas del descenso

Aunque no existe un consenso científico definitivo, varias explicaciones cuentan con respaldo académico:

  • Cambios en los sistemas educativos: Reformas curriculares, fluctuaciones en la calidad docente y nuevas formas de aprendizaje podrían haber reducido la estimulación cognitiva necesaria para potenciar habilidades evaluadas en tests de CI.
  • Variaciones nutricionales: Dietas desbalanceadas o cambios en los hábitos alimenticios afectarían el desarrollo cerebral, sobre todo en la infancia, impactando el rendimiento intelectual general.
  • Transformación del entorno mediático: El auge de dispositivos electrónicos y la disminución del tiempo dedicado a la lectura se señalan como posibles detonantes. El consumo fragmentado de información y la predominancia de contenidos visuales estarían modificando la forma en que se ejercitan las capacidades cognitivas tradicionales.

Nuevas perspectivas sobre la inteligencia

La neuropsicóloga Katherine Possin, profesora en la Universidad de California en San Francisco, advierte que más que una caída en la inteligencia, lo que ocurre es un cambio en las formas de aprender y razonar, impulsado por la digitalización. Según Possin, los tests tradicionales de CI, centrados en la memorización y el razonamiento matemático, no capturan adecuadamente las nuevas habilidades cognitivas que se desarrollan en la era digital.

“Las herramientas digitales nos están llevando a pensar de maneras diferentes, por lo que los tests de inteligencia deberían evolucionar para reflejar estas nuevas formas de razonar y trabajar”, señaló en una entrevista con BBC News. La investigadora propone la creación de evaluaciones que integren diversas formas de inteligencia, ya que el debate sobre qué es y cómo medir la inteligencia continúa abierto.

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