El equipo que rodea a Sergio Massa está dedicando esfuerzos a mitigar las consecuencias electorales del escándalo relacionado con el viaje de lujo de Martín Insaurralde, exjefe de gabinete bonaerense y excandidato a concejal por Unión por la Patria (UP).
La estrategia de control de daños comenzó con la renuncia de Insaurralde a su cargo en la provincia de Buenos Aires, acordada con el gobernador Axel Kicillof, y continuó con la dimisión de su postulación como concejal, a petición de Massa. El objetivo principal es observar la repercusión electoral del caso antes de tomar medidas adicionales, y se esperan resultados de sondeos en los próximos días.
Mientras tanto, el ministro-candidato y sus voceros enfatizan un discurso en contra de la impunidad y la corrupción, tratando de tomar distancia tanto de Martín Insaurralde como de su socio político, Máximo Kirchner.
En paralelo, existe preocupación dentro del oficialismo por la posibilidad de nuevas filtraciones relacionadas con Insaurralde o con casos similares que puedan afectar la campaña electoral. El reciente escándalo de las tarjetas de débito vinculadas a la Legislatura provincial, protagonizado por Julio “Chocolate” Rigau, también genera inquietud.
Los dirigentes oficialistas temen que el caso de Insaurralde se convierta en un “cisne negro” que tenga un impacto negativo en las elecciones, lo que lleva a muchos intendentes a concentrarse en proteger sus territorios en las semanas previas a los comicios.
El equipo de Massa busca mantener distancia del protagonista central del caso antes del próximo debate entre candidatos, y buscan llegar a esa cita con una “distancia” suficiente para no verse afectados por el escándalo. Además, se destacan los esfuerzos por condenar enérgicamente la falta ética y subrayar la diferencia entre este caso y situaciones de corrupción anteriores, como el caso de Fernando Niembro.
A pesar de la repercusión mediática del escándalo, algunos miembros del equipo de Massa minimizan las consecuencias electorales y se muestran confiados en que no afectará significativamente las posibilidades del candidato. Coinciden con el consultor Jaime Durán Barba, quien considera que el caso del viaje en el yate no será determinante en las elecciones.
Sin embargo, el equipo de Massa reconoce que es necesario esperar un tiempo para evaluar completamente el impacto electoral y evitar que la saturación mediática canse a la gente antes de las elecciones.