El dólar en jaque y Wall Street en retirada: la crisis que abre una puerta dorada para Argentina

La guerra comercial desatada por el presidente estadounidense Donald Trump ya deja consecuencias de gran escala: la caída del dólar, una ola de ventas masivas de bonos del Tesoro y un clima de incertidumbre financiera global. Más de u$s33 billones en activos estadounidenses están ahora en riesgo de ser liquidados, lo que alimenta temores de una fuga de capitales histórica desde Wall Street hacia mercados emergentes.

En este contexto, Argentina aparece como un candidato inesperado pero cada vez más visible para captar parte de esos fondos, impulsada por avances económicos recientes y señales alentadoras para los inversores internacionales.

Fin del idilio con el dólar: el capital busca nuevos refugios

Durante décadas, el dólar fue sinónimo de estabilidad y refugio en tiempos de crisis. Sin embargo, los aranceles impulsados por Trump generaron un efecto búmeran: tanto la moneda estadounidense como los bonos del Tesoro —históricamente considerados activos seguros— se vieron profundamente golpeados. Un informe de Goldman Sachs advierte que la pérdida de confianza se tradujo en movimientos bruscos de cartera, con inversores que ya exploran alternativas en China, India, Brasil… y potencialmente, Argentina.

Según Fortune y Bloomberg, la semana pasada marcó un punto de inflexión: los capitales comenzaron a escapar de EE.UU. en busca de mayores rendimientos y estabilidad cambiaria. El trasfondo: expectativas de inflación persistente, presión sobre la deuda, déficits fiscales y una creciente tensión geopolítica.

Argentina en la mira: acuerdos, reformas y señales al mercado

En este nuevo escenario, Argentina dio una serie de pasos estratégicos. El gobierno de Javier Milei logró el desembolso anticipado de u$s12.000 millones del FMI, lo que representa un 60% del total acordado: un hecho inusual que fortalece la posición del país ante los mercados. A esto se suma la renovación del swap con China, la visita de Scott Bessent (secretario del Tesoro de EE.UU.), y una flexibilización progresiva del cepo cambiario.

La consultora 1816 señala que el país está girando hacia un modelo más tradicional dentro del universo emergente: flotación más amplia, gradual remonetización con pesos y abandono, al menos por ahora, del proyecto de dolarización. Para los analistas, este giro podría significar un antes y un después si logra estabilizarse: “Es un plan de todo o nada”.

Acciones y bonos: activos argentinos con potencial de despegue

La nueva hoja de ruta argentina ya comienza a impactar en los activos locales. Según Matías Weitzel, socio de AT Inversiones, los bonos soberanos cotizan con paridades muy bajas y el equity argentino —especialmente en sectores como bancos y energía— ofrece un upside significativo.

En un informe reciente, Citi mantiene su recomendación de compra para Galicia (GGAL), destacando el potencial del sistema financiero argentino. Entre los preferidos también figuran YPF (por su capacidad de generación de caja), Pampa Energía (con proyecciones de expansión eléctrica) y Transportadora de Gas del Sur (clave para nuevas exportaciones de Vaca Muerta).

Más allá del corto plazo: entre flujos financieros e inversión real

Pero no todo se trata de capitales especulativos. Gustavo Neffa, de Research for Traders, aclara que hay que distinguir entre los flujos financieros (inversiones de corto plazo en activos) y la inversión extranjera directa, que implica proyectos productivos y radicación de empresas. Para atraer esta última, Argentina aún debe resolver sus desafíos estructurales: inflación, acumulación de reservas, tipo de cambio competitivo y marco jurídico estable.

Además, el tablero global también juega su parte. China continúa reduciendo su exposición a bonos del Tesoro de EE.UU., acumulando oro y liderando un proceso de desdolarización. La tendencia podría profundizarse, debilitando al dólar y fortaleciendo las monedas emergentes. Si los commodities suben como resultado, Argentina estaría en una posición privilegiada.

El viento de cola que Argentina no puede desaprovechar

Pablo Repetto, jefe de Research en Aurum Valores, sostiene que Argentina y el Mercosur enfrentan una oportunidad de oro. En un mundo que redefine sus anclas económicas y geopolíticas, los recursos naturales y la capacidad productiva local se convierten en ventajas comparativas clave. La clave está en capitalizar este contexto para transformar flujos financieros en inversión duradera.

En definitiva, mientras los pilares del sistema financiero global tiemblan, Argentina tiene una chance única de reposicionarse como un actor relevante en el nuevo orden emergente. Aprovecharla dependerá no solo del contexto externo, sino de su capacidad para ordenar su economía interna, consolidar sus reformas y ofrecer previsibilidad a quienes hoy buscan dónde anclar su capital.


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