En medio de un contexto económico desafiante, el dólar en Argentina parece encaminarse hacia cifras de cuatro dígitos, y el gobierno ha lanzado una serie de medidas para abordar la escasez de divisas en el mercado. Mientras el dólar oficial se mantiene congelado en $350, los dólares alternativos buscan alcanzar precios mucho más elevados.
El mercado de futuros indica que el dólar para octubre se ubica en $386, lo que sugiere que no se anticipa una resolución en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Para noviembre y diciembre, el valor del dólar futuro se proyecta en $504 y $664 respectivamente, señalando un posible aumento tras la segunda vuelta en noviembre.
La brecha entre el dólar mayorista y los dólares alternativos es del 135%, lo que podría llevar a los últimos a superar los $1,300 si esta brecha persiste en diciembre. A corto plazo, las regulaciones y los incentivos para traer divisas podrían limitar temporalmente el ascenso de los dólares alternativos, pero este flujo no es sostenible.
Se plantea la necesidad de un ajuste económico a largo plazo, que probablemente implicará eliminar subsidios y cambiar los precios relativos, lo que podría desencadenar un aumento en el tipo de cambio y una inflación significativa.
Las reservas del Banco Central se han reducido en un 39%, ubicándose en $26,920 millones, mientras que los pasivos monetarios han aumentado significativamente desde 2019. La discrepancia entre las exportaciones e importaciones sugiere que el valor de los dólares alternativos podría estar subestimado.
En resumen, el escenario económico en Argentina apunta hacia un aumento en el valor de los dólares alternativos, incluso superando los cuatro dígitos en el futuro, en un contexto de desafíos económicos y políticos.