El sorprendente triunfo de Javier Milei en las PASO podría tener un reflejo directo en el Congreso. Si estos resultados se mantienen en las elecciones generales, el partido La Libertad Avanza podría contar con 41 diputados y 8 senadores. Aunque estas cifras no son suficientes para aprobar leyes por sí mismos, serían cruciales para influir en los debates parlamentarios, ya que ni Juntos por el Cambio ni Unión por la Patria tendrían mayoría. Sin embargo, si Milei llega a la presidencia, ¿cómo lograría su gobierno legislativo implementar sus reformas radicales?

Milei propone públicamente una respuesta aparentemente sencilla: si el Parlamento obstaculiza sus planes, promete convocar a una consulta popular para que “la gente” influya en la voluntad de los líderes. Sin embargo, esta estrategia simplista oculta la complejidad real del proceso. Dado los entrelazados vínculos e intereses representados en el Congreso, así como la burocracia inherente a tomar control del Estado, Milei estaría obligado a negociar con la criticada “clase política” para asegurar cierto grado de gobernabilidad.

“Sin dudas, Milei tendría que buscar acuerdos”, afirmó un miembro del PRO, una de las bancadas opositoras que comparten similitudes con el economista liberal. Sin embargo, este camino hacia la negociación podría generar tensiones internas en la coalición opositora, ya que la alianza podría requerir votos de partidos como la UCR y la Coalición Cívica, que podrían no estar dispuestos a apoyar todas las iniciativas de Milei.

Aunque el oficialismo de Milei podría depender de la oposición para lograr avances legislativos, la influencia de Juntos por el Cambio (JxC) en un gobierno libertario sería determinada por su superioridad numérica. Con los mismos resultados de las PASO, JxC sería la primera minoría, con 105 diputados propios. En este escenario, la relación entre el frente opositor y Milei podría ser crucial para la gobernabilidad.

Cristian Ritondo, figura destacada del PRO, emergería como una figura de peso en esta dinámica. Como cabeza de lista de Patricia Bullrich en la provincia de Buenos Aires, podría asumir la presidencia de la Cámara de Diputados en un eventual gobierno libertario. Esta designación simbólica podría representar una unidad estratégica entre Milei y la oposición, asegurando cierta cooperación en el Congreso.

El control del Congreso no solo depende de los líderes, sino también de los comités y las secretarías parlamentarias. Estos reductos de poder y recursos son fundamentales en el proceso legislativo. Además, el Congreso influye en la designación de órganos de poder como la Auditoría General de la Nación y el Consejo de la Magistratura, que tiene influencia en la selección y remoción de jueces.

En resumen, un posible gobierno de Javier Milei enfrentaría desafíos legislativos significativos, obligando al oficialismo a buscar acuerdos y negociar con diferentes sectores para implementar sus reformas radicales. La cooperación con la oposición, particularmente con Juntos por el Cambio, podría ser esencial para la gobernabilidad y el avance de la agenda política del libertario en el Congreso argentino.