El desafío cambiario de Argentina frente a la devaluación brasileña: ¿qué esperar del modelo Milei-Caputo?

El contexto actual
El economista Rodolfo Santángelo alertó sobre la fragilidad de la competitividad argentina frente al reciente deslizamiento del real brasileño. “El actual tipo de cambio argentino está muy justito”, afirmó en una entrevista con iProfesional, sugiriendo al gobierno mantener el ritmo devaluatorio del “crawling peg” en niveles actuales para evitar tensiones mayores.

Mientras tanto, desde la consultora EconViews, liderada por Miguel Kiguel, se proyecta un aumento en la tasa Selic de Brasil, que podría llegar al 13% en 2025. Este movimiento refuerza un panorama de inflación contenida en el vecino país, pero también impacta directamente en el comercio bilateral y la dinámica del tipo de cambio.

Verano caliente: el turismo como termómetro
La depreciación del real y un dólar estable en Argentina atraen a miles de turistas argentinos hacia Brasil, generando un contraste económico. En este escenario, el tipo de cambio real bilateral ha caído al peor nivel de los últimos nueve años, marcando un deterioro comercial evidente.

Según el economista Pablo Goldin, Argentina transita un camino opuesto al de Brasil: “Mientras ellos devalúan, nosotros fortalecemos el peso”. Este contraste complica las exportaciones argentinas y potencia las importaciones desde Brasil, agravando el déficit de cuenta corriente.

El modelo Milei-Caputo: un equilibrio delicado
La estrategia de estabilidad cambiaria de Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, depende de un ingreso sostenido de dólares. El blanqueo de capitales y la emisión de Obligaciones Negociables fueron claves para estabilizar el peso y mejorar las expectativas económicas. Sin embargo, la fortaleza del peso frente al real representa un desafío adicional.

Desde PPI (Portfolio Personal Inversiones), advierten que esta dinámica podría incrementar el déficit de cuenta corriente, exigiendo mayores ingresos por cuenta financiera para sostener el esquema cambiario. Esto pone presión sobre el gobierno para atraer inversiones y evitar desequilibrios mayores.

Un horizonte incierto
A pesar de los riesgos, los analistas no anticipan cambios abruptos en el esquema cambiario en el corto plazo. Sin embargo, las tensiones podrían aumentar con el tiempo. ¿Tomará Caputo medidas preventivas, como acuerdos con el FMI o bancos internacionales, para asegurar la estabilidad hasta las elecciones de medio término?

El desenlace dependerá de factores externos, como el comportamiento del real, y de la capacidad del gobierno para mantener el flujo de divisas. La pregunta clave es si el modelo actual podrá resistir las presiones sin ajustes significativos.

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