Un nuevo escándalo de corrupción sacude a la provincia de Chaco. La Justicia federal investiga una asociación ilícita que habría desviado más de 500 millones de pesos mediante una red de facturación apócrifa vinculada a planes sociales y organizaciones piqueteras.
En el centro de la trama aparece Walter Pasko, un contador de estrechos vínculos con la estructura política del exgobernador Jorge Capitanich. Según la acusación, Pasko montó una usina de facturas falsas a través de su estudio contable, con sedes en Chaco, Corrientes y Formosa, desde donde se apropiaba de fondos públicos destinados a asistencia social.
La maniobra consistía en captar personas que buscaban obtener un CUIL para acceder a beneficios estatales. A través de ese trámite, el estudio generaba claves fiscales que luego eran utilizadas sin consentimiento para emitir facturas millonarias. Los comprobantes, presuntamente falsos, eran girados a distintas áreas del Estado provincial, municipios y fundaciones piqueteras, entre ellas una vinculada al dirigente Ramón “Tito” López, detenido desde 2024 por lavado de activos.
Pasko fue capturado este miércoles tras entregarse a la Gendarmería, luego de que se emitiera una orden de detención en su contra. Su caída se precipitó cuando comenzaron a circular en redes imágenes suyas —y de su familia, incluso sus hijos menores— exhibiendo fajos de billetes en una lujosa propiedad.
La causa está en manos del fiscal federal chaqueño Patricio Sabadini, quien investiga la trama desde 2022. Ese año, varios exclientes del estudio contable denunciaron haber sido intimados por la AFIP tras descubrir movimientos sospechosos en sus cuentas, de los que no tenían conocimiento.
El caso no solo expone una sofisticada red de estafa al Estado, sino que vuelve a poner bajo la lupa la relación entre poder político, planes sociales y organizaciones piqueteras en el norte argentino.