El Consejo de Mayo: entre la demora y la falta de interés

A dos meses de su creación, el Consejo de Mayo, establecido por el decreto 617/2024 como un órgano encargado de ejecutar el Pacto de Mayo y elaborar proyectos de ley, aún no ha logrado avanzar en su conformación ni en la elaboración de un borrador. Solo se ha designado a Federico Sturzenegger como representante del Ejecutivo, pero la mayoría de los sectores involucrados, como los sindicatos, el empresariado, el Parlamento y los gobernadores, no han sido convocados ni han nombrado a sus representantes.

Fuentes de la CGT indicaron que “nadie nos llamó nunca para una reunión”, mientras que desde los principales grupos empresariales confirmaron que el proyecto no ha avanzado. Este retraso ha generado incertidumbre entre los actores políticos, sobre todo considerando que el Consejo debería haber comenzado a funcionar a los 30 días de la publicación del decreto.

Reformas pendientes y desinterés general

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien preside el Consejo, junto con Sturzenegger como consejero “ad honorem”, no ha mostrado mayor entusiasmo por el proyecto, y el Gobierno no ha dado señales claras de avanzar en las reformas planteadas, como la tributaria y laboral. Los gobernadores, quienes firmaron el acta en el Cabildo de Tucumán el pasado 9 de julio, también han mostrado poca iniciativa para participar, en parte porque consideran que hay otros temas pendientes más urgentes.

Uno de los primeros en expresar su descontento públicamente fue el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, quien criticó las exigencias del presidente Javier Milei respecto a un ajuste de 60.000 millones de dólares. Pullaro enfatizó que su provincia ya ha hecho esfuerzos considerables y no puede hacer más. Otros gobernadores, como Rogelio Frigerio de Entre Ríos, también manifestaron su preocupación, sobre todo por las deudas pendientes del Gobierno con sus provincias.

Un malestar creciente

La falta de respuestas del Ejecutivo ha generado malestar entre los gobernadores, quienes están cada vez más inquietos ante la falta de avances en cuestiones clave, como la deuda por obras públicas, la coparticipación del IVA y la financiación de las jubilaciones. Aunque algunos gobernadores, como Hugo Passalacqua (Misiones) y Raúl Jalil (Catamarca), han mantenido reuniones virtuales con funcionarios nacionales, las soluciones siguen siendo insuficientes.

El clima de insatisfacción también ha sido alimentado por la presentación del presupuesto 2025, en el que el presidente Milei propone un dólar a $1.207, una inflación del 18,3% y un blindaje del déficit fiscal. Estas medidas, sumadas a los ajustes solicitados a las provincias, han puesto aún más presión sobre los gobiernos locales, muchos de los cuales enfrentan una situación económica crítica y la demanda de sus ciudadanos por mejoras en infraestructura y servicios.

En resumen, el Consejo de Mayo, ideado para implementar reformas clave, sigue siendo una promesa vacía. Los gobernadores, aunque reticentes a confrontar abiertamente al presidente debido a su popularidad, no pueden ignorar por mucho más tiempo las tensiones crecientes en sus provincias.

Tags

Compartir post