La detención del gendarme argentino Nahuel Gallo en Venezuela se ha convertido en un complejo caso internacional que involucra a distintos actores políticos y diplomáticos de Argentina. Mientras el gobierno de Javier Milei, encabezado por el ministro de Defensa Luis Petri, busca vías formales para garantizar su liberación, se han generado tensiones entre oficialismo y oposición, con un trasfondo de críticas cruzadas y esfuerzos paralelos por lograr su retorno al país.
La Estrategia Oficial: “Sin Partidismos ni Condicionamientos”
Luis Petri, ministro de Defensa, manifestó que el gobierno está trabajando intensamente a través de la Cancillería y agotará todas las vías diplomáticas posibles para liberar a Gallo. “No hay partidismo ni condicionamientos. Tenemos que defender a un argentino que está secuestrado por un dictador”, afirmó, en alusión al gobierno de Nicolás Maduro.
Petri incluso propuso que figuras del kirchnerismo, incluida Cristina Kirchner, podrían interceder dada su cercanía histórica con el régimen venezolano. “Tanta amistad que tienen, deberían estar reclamando la liberación”, sostuvo. En declaraciones a LN+, Petri subrayó que “la unidad en este caso no es opcional; cualquier ayuda es bienvenida para liberar a este catamarqueño y traerlo de vuelta”.
La Intervención de Laborde y las Críticas de Bullrich
Oscar Laborde, exembajador argentino en Venezuela durante la gestión de Alberto Fernández, inició gestiones extraoficiales para entregar cartas de los familiares de Gallo al detenido. Estas acciones, sin embargo, desataron la furia de Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, quien lo calificó como un “personero del régimen” chavista.
Bullrich cuestionó duramente a Laborde: “Da vergüenza que alguien que fue embajador de Argentina justifique que haya un compatriota desaparecido. Es una vergüenza para el país”. También defendió el accionar del gobierno, afirmando que se están manejando hipótesis concretas sobre la localización de Gallo. Según explicó, la Cancillería prepara un pedido formal a través de Brasil, basado en el Artículo 36 de la Convención de Viena, que garantiza derechos a detenidos en el extranjero, incluyendo la posibilidad de comunicación con su país.
El Canal Extraoficial: Grabois y Jalil
Paralelamente, dirigentes kirchneristas como Juan Grabois y el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, han establecido un canal extraoficial para facilitar la comunicación con Gallo. Este esfuerzo permitió que una carta de la familia del gendarme llegara a sus manos. “Nos sentimos un poco mejor al saber que la carta le fue entregada. Queríamos que supiera que lo estamos esperando y enviarle fuerzas”, expresó Kevin Gallo, hermano del detenido.
Estas gestiones, aunque no forman parte de los contactos formales impulsados por la Cancillería y el Ministerio de Seguridad, han abierto una vía alternativa para mantener informada a la familia del gendarme.
La Opinión Pública y las Críticas Cruzadas
El caso ha despertado críticas desde diversos sectores políticos. Mientras la oposición cuestiona los insultos y descalificaciones del oficialismo hacia las gestiones informales, el gobierno sostiene que la improvisación y falta de planificación de administraciones anteriores colocaron a Gallo en esta situación.
Oscar Laborde, por su parte, publicó en redes sociales un duro mensaje contra el gobierno de Milei:
“Cuando la improvisación sale cara. El caso del gendarme Nahuel Gallo muestra cómo una mala decisión puede terminar en un papelón internacional. Promesas sin planificación, licencias inventadas y falta de protocolo lo dejaron en una situación crítica. La seriedad no es opcional cuando está en juego la libertad de una persona y la imagen del país”.
Un Caso Complejo, Sin Resolución Inmediata
La liberación de Nahuel Gallo se encuentra en el centro de un delicado entramado diplomático y político, que combina esfuerzos formales e informales. Mientras las tensiones entre oficialismo y oposición dificultan una estrategia unificada, los familiares del gendarme continúan a la espera de noticias concretas sobre su situación.
Por ahora, el caso pone en evidencia las complejidades de la diplomacia argentina en un contexto internacional adverso, donde los vínculos personales e ideológicos juegan un rol tan importante como las gestiones oficiales.