“El cambio será hasta donde el pueblo quiera”, Petro Colombia

l domingo 7 de mayo de 2023 se cumplen nueve meses desde que Gustavo Petro se posesionó como presidente de Colombia. Desde su ascenso, el primer presidente de izquierdas de la historia moderna colombiana ha buscado entablar diálogos con la ciudadanía y un gobierno integrador de distintas sensibilidades políticas.

Pero Petro encontró tal resistencia a sus reformas, dentro y fuera del ejecutivo, que llevó a cabo dos importantes remodelaciones ministeriales en busca de un gobierno más monocolor y cohesionado ante los formidables obstáculos que se le presentan, lo que le hizo perder la estabilidad de una mayoría en el Congreso.

Desde que fue elegido quedó claro que sería un presidente de adhesiones incondicionales y rechazos viscerales. Mientras la izquierda colombiana celebraba cada discurso y trino durante la campaña electoral presidencial, la derecha y muchos líderes y opinadores conservadores, locales e internacionales, lo descalificaban como antiguo terrorista, lo comparaban constantemente con Fiel Castro, e incluso, lo asimilaban al presidente venezolano Nicolás Maduro.

Logros

Uno de los principales logros del gobierno Petro es que ha conseguido mantener la economía colombiana en crecimiento y con generación de empleo, a pesar del contexto inflacionario y de la gran incertidumbre económica internacional.

Tras su salida del Ministerio de Hacienda, José Antonio Ocampo aseguró que “en 2022, la economía colombiana registró un crecimiento económico de 7,5%, posicionando al país como el segundo con mejor desempeño económico dentro de los 38 países miembros de la OCDE. (…) La inversión tuvo un crecimiento de 25,5%, consistente con el buen comportamiento que ha mostrado la industria manufacturera, mientras las exportaciones presentaron una expansión del 14,9%, acompañada de mayores exportaciones de bienes no tradicionales y la reactivación del turismo en el país”. En medio de un momento de inflación del 13,3%, esto no es un logro menor.

Ocampo también afirmó que, como resultado de un buen desempeño económico, durante 2022 el mercado laboral colombiano se recuperó, con disminución de la tasa de desempleo, la cual se ubicó en promedio en 11,2% vs. 13,8% en 2021.

En marzo de 2023 la tasa de desempleo bajó al 10.0%, la menor desde 2018

En marzo de 2023 bajó al 10.0%, la menor desde 2018, lo cual ratifica el optimismo de Ocampo y augura una mejora para finales de año.

Otros aciertos del presidente colombiano son: su anuncio de cese al fuego bilateral con cinco grupos ilegales, entre los que se encuentra la Segunda Marquetalia y el ELN, y el comienzo de los diálogos con este último con el fin de lograr su proyecto de “paz total”.

La reanudación de los lazos con Venezuela representa, sin duda, un paso positivo para ambos países, en tanto Colombia, que ha recibido una parte sustancial de la diáspora de millones de venezolanos huyendo del país, puede apoyar a su vecino en temas económicos, sociales y diplomáticos.

En el ámbito internacional, Petro intervino ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde aseguró que la política antidroga fracasó y redobló su apuesta ambiental. También participó en la COP27 en Egipto, en la que pidió una alianza para salvar la Amazonía. Un paso vital para lograr este objetivo fue la firma y ratificación del Acuerdo de Escazú por parte del Estado colombiano.

Fue importante la sanción de su reforma tributaria en el Congreso. También logró ampliar el Programa de Alimentación Escolar, inició las transferencias de 500.000 pesos colombianos (US$ 100) mensuales a madres cabeza de hogar, condonó la deuda a más de 4.000 beneficiarios del ICETEX, el instituto público que proporciona becas a estudiantes colombianos que quieran estudiar en el extranjero, agregó 1,3 billones de pesos al presupuesto para la educación y abrió oportunidades para que los jóvenes estudien en vez de ingresar a pandillas o grupos ilegales.

Entregó, además, 600 hectáreas para campesinos gracias a la Sociedad de Activos Especiales, aumentó en un ciento por ciento el presupuesto del sector agrícola, que pasó de 2 a 4 billones de pesos, y dio inicio a la compra de tierras para el campesinado.

También logró aumentar el salario mínimo en 2023, que pasó de 980.000 pesos a 1.160.000 (US$ 250), En conjunto, sus avances no han sido pocos, pero su popularidad sigue cayendo y en abril de 2023 llegó al máximo nivel de desaprobación desde su posesión: dos de cada tres colombianos muestran rechazo hacia su gestión.

Desaciertos e inestabilidad

Aunque el presidente colombiano ha avanzado en algunos temas, la mayoría de sus promesas de campaña siguen en el aire. No ha frenado el asesinato de líderes sociales, la inflación sigue subiendo, no tiene un rumbo estructurado para ejecutar su promesa de comenzar la transición energética, no logró pasar su reforma política y el dólar alcanzó su máximo histórico.

Petro consiguió aprobar la reforma tributaria, pero se quedó sin impuestos clave con los que financiar sus proyectos sociales. También perdió una mayoría estable en el Congreso y perdió credibilidad con nombramientos polémicos, despidos inesperados, incluidos 10 de sus 18 ministros en menos de tres meses, lo que traduce la gran inestabilidad de su gabinete.

Aquí, Petro parece estar repitiendo los errores de su alcaldía en Bogotá. Como alcalde de la capital, el presidente colombiano despidió o tuvo que aceptar la renuncia de casi todo su gabinete, que lo acusó de ser arbitrario y radical. Esto incluyó a Antonio Navarro Wolf, ex miembro del M-19 y uno de los congresistas más respetados del país.

La crisis ministerial del presidente Petro inició en febrero de 2023, cuando despidió a tres de sus ministros

La crisis ministerial del presidente Petro inició en febrero de 2023, cuando despidió a tres de sus ministros, incluido Alejandro Gaviria, su apuesta para obtener el apoyo del centro político, y María Isabel Urrutia, una popular medallista olímpica. También destituyó a Patricia Ariza del ministerio de cultura sin que, a la fecha, haya cubierto esa vacante. Esto ha despertado gran malestar en el mundo cultural colombiano, que acusa al presidente de despreciar la cultura tanto o más que su predecesor, el conservador Iván Duque.

La última semana de abril, la inestabilidad gubernamental hizo que Petro despidiera a otros siete ministros, incluyendo el ministro de hacienda. Esto generó malestar en la ciudadanía y en los grandes medios de comunicación, que censuran su actuación aparentemente impulsiva y arbitraria.

De esta larga lista de problemas, resaltan la falta de estructura y planeación para lograr la transición energética, una de sus grandes apuestas de campaña. Según el Plan Nacional de Desarrollo, la hoja de ruta para los próximos cuatro años, se aumentaría del 1 al 6% la transferencia por la venta de energía de los proyectos de energías renovables, lo que los haría inviables financieramente.

Adicionalmente, desde su nombramiento la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, filósofa de formación, ha enfrentado numerosas polémicas debido a su inexperiencia en el sector, y a su falta de capacidad para nombrar funcionarios con conocimiento técnico que la apoyen en sus decisiones.

Discursos y desaprobación

En un intento de recuperar terreno, el pasado primero de mayo de 2023 Petro dio un discurso en la Plaza de Armas, frente a la Casa de Nariño, ante la multitud que se movilizó para oírlo ese día.

Antes de llegar a la plaza, el presidente colombiano le dijo a sus nuevos ministros: “vamos hacia un campo de batalla en el que hay que triunfar”. En su discurso, quedó claro que Petro busca acelerar sus reformas pendientes, la de la salud, la laboral y la agraria, a través de la movilización ciudadana, aunque muchos se preguntan dónde quedó Francia Márquez, la líder popular, hoy vicepresidenta, cuyo apoyo a Petro fué decisivo para alcanzar la presidencia.

“No nos dejen solos en estos palacios enormes y fríos”, afirmó el mandatario a la multitud, compuesta en su mayoría por miembros de los grandes sindicatos del país. “La gran revolución en marcha demanda una clase trabajadora que se movilice, que luche, que se organice, que se una: este gobierno quiere una alianza con el pueblo trabajador, una alianza a fondo, inquebrantable”, añadió.

Según la visión del presidente, las reformas sociales siempre dependen de la lucha y la capacidad de presión de los trabajadores, e hizo un llamado a que los movimientos sociales, especialmente a los campesinos, se movilicen para conseguir que el Congreso apruebe sus reformas.

También mencionó la necesidad de volver a la “función social de la tierra”, pero sin expropiaciones, y apeló al mito del general José María Melo, un expresidente olvidado en la historia de Colombia al cual recurre como referente de lo que él llama “reconstruir la Gran Colombia” algo que solo es posible si es apoyado, según Petro, por los artesanos y el “pueblo trabajador”. Los críticos recuerdan que Melo no fue un dirigente indígena, como dice Petro, y que llegó al poder gracias a un golpe de Estado.

No hubo alusiones al M-19, a la Paz Total o al Frente Amplio. Aunque sus palabras pueden ser inspiradoras, pueden sonar grandilocuentes y llenas de retórica para la mayoría. Y ante la importante resistencia al cambio y sin el apoyo de los partidos tradicionales, parece que a Petro solo le quede recurrir a la protesta social para pasar sus proyectos.

Según la quinta medición de Invamer Poll, publicada la última semana de abril de 2023, la desaprobación del presidente sigue aumentando: el 57% de los encuestados desaprueba su labor, y solo el 35% la aprueba. La imagen del presidente colombiano cayó seis puntos porcentuales desde la última medición en febrero de 2023 y la despoblación actual casi iguala la del expresidente Iván Duque en el mismo momento de su gobierno.

Aunque todavía es temprano para decir si Petro fracasó o tuvo éxito, sus primeros nueve meses muestran hasta qué punto es difícil el cambio en Colombia. En entrevista al diario español El País durante su visita a Madrid esta semana, Petro declaró: “Si los cambios se dan, será porque el pueblo quiere. Hasta donde el pueblo quiera. Ni un metro más, ni tampoco un metro menos. Hasta donde el pueblo quiera”.

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