La película inspirada en la obra de Marcel Breuer es una de las favoritas para el Oscar, pero ha sido cuestionada por expertos en arquitectura.
“El Brutalista”, un drama épico vagamente inspirado en la vida del arquitecto Marcel Breuer, se posiciona como una de las grandes candidatas en la próxima entrega de los premios Oscar el 2 de marzo. Con diez nominaciones, incluida la de Mejor Película, ha captado la atención del público y la crítica. Sin embargo, ha generado controversia entre expertos en arquitectura, quienes cuestionan su precisión histórica y su tratamiento del brutalismo.
¿Quién es László Tóth?
El director Brady Corbet ha señalado que el protagonista, László Tóth, es una fusión de varios arquitectos famosos, destacando a Breuer como su principal inspiración. Al igual que el personaje ficticio, Breuer nació en Hungría, estudió en la Bauhaus en Alemania y emigró a Estados Unidos. Ambos comenzaron diseñando sillas icónicas antes de crear grandes edificaciones. Asimismo, tanto Tóth como Breuer, de origen judío, fueron contratados para construir imponentes estructuras cristianas en Estados Unidos.
Corbet ha mencionado que un libro sobre la Abadía de San Juan en Minnesota, diseñada por Breuer, fue una inspiración clave para la película. Entre las obras más reconocidas del arquitecto húngaro se encuentran la sede de la UNESCO en París, el Museo Whitney de Arte Estadounidense en Nueva York y el Pirelli Tire Building en Connecticut.
¿Es realmente una película sobre brutalismo?
El brutalismo es un estilo arquitectónico caracterizado por el uso de hormigón expuesto y formas geométricas audaces, surgido en la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. A pesar de su título, “El Brutalista” apenas muestra arquitectura brutalista hasta el final de su extensa duración de tres horas y media.
Este aspecto ha sido duramente criticado. La experta en diseño Alexandra Lange comentó en un podcast que los cineastas “dijeron que leyeron sobre el brutalismo, pero nada de eso se refleja en la película”. Por su parte, la profesora Victoria Young de la Universidad de St. Thomas afirmó que la edificación que aparece en la escena final no es brutalista, sino modernista temprana, lo que genera confusión cronológica.
Errores históricos y distorsiones temporales
Otros expertos han señalado discrepancias en la línea temporal de la película. En la trama, Tóth llega a Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial como un sobreviviente del Holocausto en busca de empleo. Sin embargo, en la realidad, arquitectos de la Bauhaus como Breuer y Walter Gropius emigraron en la década de 1930, antes del conflicto, y fueron recibidos con prestigiosos cargos académicos. Además, la arquitectura modernista ya estaba consolidada en Estados Unidos mucho antes del período en el que se desarrolla la película.
Por otro lado, Tóth es representado como un hombre religioso y adicto a la heroína, una caracterización que contrasta con la imagen de Breuer, quien era secular y llevaba una vida sobria.
Inteligencia artificial en la producción
La película también ha sido objeto de debate por el uso de inteligencia artificial. El editor David Jancso reveló que algunas imágenes de los edificios y planos de Tóth fueron creadas con esta tecnología, incluyendo la modificación del acento húngaro de los actores. Corbet, no obstante, aclaró que los planos fueron dibujados a mano y que la IA solo se utilizó para generar reproducciones digitales con estética de los años 80 en el epílogo de la película.
¿Importan las imprecisiones?
A pesar de las críticas, “El Brutalista” sigue siendo una de las favoritas para el Oscar. El arquitecto Robert McCarter, autor de una monografía sobre Breuer, minimizó las distorsiones históricas, argumentando que “solo están usando su biografía de manera conveniente” y que eso “está bien” dentro de la narrativa cinematográfica.
Mientras tanto, los monjes de la Abadía de San Juan, cuya construcción inspiró la película, han recibido la atención con entusiasmo. Aunque uno de ellos comentó que el brutalismo del título le recuerda más a “edificios soviéticos que parecen parapetos para armas”, aseguraron estar emocionados por el reconocimiento que está recibiendo su hogar.