En mayo, el bono que recibieron los jubilados de haberes mínimos en marzo y abril se mantendrá en $70,000, resultando en un incremento del 11% para los haberes jubilatorios por el dato de inflación del INDEC de marzo. Sin embargo, el aumento efectivo para quienes cobran el haber mínimo será del 7.8%. La jubilación mínima pasará a $190,141.60 en mayo, incluyendo el bono de $70,000. Esto representa un aumento acumulado del 7.8% para aquellos que recibieron plenamente los aumentos de marzo, abril y mayo.
Sin embargo, se plantea una preocupación sobre el licuado valor del bono, ya que el Gobierno busca evitar su integración al haber corriente y a los aumentos. Esto genera diferencias significativas en los incrementos para los jubilados, consideradas inconstitucionales por algunos ex-jueces y especialistas en Seguridad Social.
Los jubilados docentes nacionales y universitarios, bajo un régimen especial con aumentos trimestrales, no tendrán aumentos en abril ni mayo, y su ajuste se realizará en junio. Esto contribuye a la incertidumbre en los cálculos, especialmente para aquellos que tienen derecho al 82% del Salario Mínimo Vital y Móvil, cuyo ajuste dependerá de la variación del SMVM en mayo.
A pesar del nuevo esquema, se prevé que las jubilaciones, especialmente las de haberes más bajos, continúen perdiendo varios puntos en relación a la inflación, continuando la tendencia de pérdida que se ha observado en los últimos años.
En junio, se ajustarán las jubilaciones por la inflación de abril, momento en el que se comparará con el resultado de la fórmula del Gobierno anterior y se otorgará el aumento mayor. Se espera un aumento superior debido a la recesión y la caída de los salarios.
A partir de julio, la fórmula actual de Alberto Fernández dejará de aplicarse, y el aumento dependerá de la inflación de los 2 meses anteriores. Esto sugiere que no habrá una recomposición, ni siquiera parcial, en relación a la pérdida que han sufrido las jubilaciones y pensiones en los últimos años.