El exministro de Economía, Domingo Cavallo, ha compartido sus ideas sobre cómo llevar a cabo la dolarización propuesta por Javier Milei en varias ocasiones. A pesar de su mutuo aprecio, Milei ya cuenta con un equipo que ha presentado varias alternativas para dolarizar la economía argentina, y él elegirá la que considere más rápida y menos traumática. Sin embargo, Cavallo ha brindado consejos a Milei sobre el tono de su discurso de campaña y la importancia de mantener buenas relaciones con otros partidos políticos para lograr gobernar.

Cavallo ha abogado por una solución en dos pasos para la economía argentina: primero, unificar el tipo de cambio y luego proceder a la dolarización. En el pasado, aconsejó a Milei que escuchara a los asesores económicos más allá de los candidatos políticos y fomentara el diálogo con otros candidatos de Juntos por el Cambio, aunque esto no se materializó completamente.

El consejo más destacado de Cavallo a Milei se refiere al tono de su discurso, instándolo a ser menos agresivo y menos insultante hacia otros líderes políticos. Aunque Cavallo reconoce la existencia de una “casta política” problemática, sugiere que Milei debe pensar en la necesidad de obtener apoyo si llega a la presidencia. Además, Cavallo critica la tendencia de Milei a explicar minuciosamente sus planes económicos en los medios de comunicación, en lugar de centrarse en la obtención de apoyos políticos.

A pesar de estos consejos, Cavallo admite que Milei no parece prestarles mucha atención debido a su estilo de liderazgo y su capacidad para atraer a una amplia variedad de seguidores, incluidos jóvenes y personas de diferentes estratos sociales.

En cuanto a la economía, Cavallo argumenta a favor de un sistema bimonetario como paso previo a la dolarización, destacando la necesidad de un mercado cambiario unificado y libre. Para que el peso compita con el dólar, enfatiza la importancia de una política fiscal estricta y una gestión financiera sólida. Utiliza ejemplos como los casos de Ecuador y Perú para respaldar su argumento de que un sistema bimonetario bien implementado puede estabilizar el tipo de cambio y evitar devaluaciones de la moneda nacional.