En las últimas dos semanas, el dólar blue, el dólar MEP y el dólar contado con liquidación (CCL) han emprendido una escalada ascendente, impulsados por la incertidumbre pre-electoral y las medidas económicas del Gobierno. La gran pregunta ahora es hasta qué punto pueden llegar estas cotizaciones antes del 22 de octubre y cómo afectarán a una inflación que ya se está moviendo a un ritmo de dos dígitos mensuales.
Para los analistas económicos, la principal amenaza que representan estos aumentos en el dólar es la posibilidad de que se trasladen a los precios. Aunque muchas áreas de la economía aún se rigen por el tipo de cambio oficial mayorista, que se mantiene fijo en $350 desde mediados de agosto, las restricciones cambiarias y los repetidos cepos han llevado a los comerciantes a fijar sus precios en función de las cotizaciones financieras del dólar estadounidense.
“Algunos tienen razón, ya que hay empresas que necesitan hacer parte de sus importaciones a través del dólar MEP o cubrirse debido a sus deudas en el extranjero. Por otro lado, muchos se aprovechan de la expectativa generada por un dólar en aumento, incluso si sus costos no están dolarizados. Esto es evidente en casos como el de las verduras, que no son exportadas ni se ven afectadas por el aumento del precio de la gasolina para el transporte. Cualquier aumento del dólar en Argentina, tarde o temprano, termina impactando en la inflación”, argumenta el analista financiero Christian Buteler.
A tan solo ocho días de las elecciones presidenciales, los distintos tipos de dólar en el mercado libre han alcanzado nuevos récords en términos nominales. El dólar blue cerró la semana pasada en los $880, marcando un aumento semanal de $80 (un 10%). El dólar MEP ha experimentado una dinámica similar, subiendo $111,74 desde principios de octubre y alcanzando los $812,75 (un aumento del 15,9%).
Estos valores se han mantenido a pesar de los esfuerzos del Gobierno por contener las cotizaciones. Por ejemplo, el jueves se llevaron a cabo 18 allanamientos en la City de Buenos Aires por parte de la Aduana, lo que paralizó la actividad en el mercado informal. El viernes, la Comisión Nacional de Valores (CNV) anunció nuevas restricciones para operar con los dólares financieros en un intento por hacer que las intervenciones diarias del Banco Central sean más efectivas.
A pesar de estas medidas, el dólar contado con liquidación cerró la semana con su segunda caída consecutiva, negociándose a $891,96. Esto marcó un retroceso desde los $905 que alcanzó durante la semana, beneficiado por una mayor oferta de divisas debido a la prórroga del dólar soja 4, el lanzamiento del dólar Vaca Muerta y la promesa de un nuevo dólar pyme.
Según Salvador Vitelli, jefe de investigación de Romano Group, el impacto de la subida de los dólares financieros en la inflación se sentirá más a partir de octubre, ya que el rally comenzó a finales de septiembre. “Hay ciertos productos, como los artículos electrónicos, en los que este aumento tendrá un mayor impacto, mientras que en otros será menor. Por ahora, podría estar contribuyendo con dos o dos puntos y medio al índice de octubre”, señaló.
En cuanto a cuánto podría llegar a subir el dólar, Christian Buteler argumenta que los $900 en los que se encuentran actualmente los dólares paralelos son “caros” en las condiciones actuales. Sin embargo, en medio de una corrida cambiaria, es difícil prever un límite para estos valores, ya que las corridas pueden llevarlos a niveles ilógicos o de pánico.
Para tomar como referencia, si se ajustan los $195 que marcó el dólar CCL en octubre de 2020 por inflación, equivaldrían a aproximadamente $1030 en la actualidad. Incluso los $900 actuales siguen estando por debajo de los $1060 que representaba el tipo de cambio de convertibilidad, que se basa en la conversión de la base monetaria y pasivos remunerados contra las reservas brutas que el Banco Central tiene en su activo.
En este contexto, los expertos advierten que es difícil predecir hasta dónde llegará el dólar, ya que la demanda de dinero está en caída libre, y esto hace que no se pueda establecer un valor para la divisa. Además, la brecha cambiaria actual, que supera el 150%, es un fenómeno que se ha visto solo cinco veces en los últimos 30 años, lo que dificulta aún más las predicciones.
Diego Martínez Burzaco, economista especializado en mercados de capitales y jefe de inversiones de INVIU, considera plausible que la presión alcista en los dólares continúe debido a la demanda de cobertura, especialmente frente a la incertidumbre electoral. Este aumento del dólar, sin duda, tendrá un impacto en la inflación, ya que el precio del dólar es un componente clave de la economía argentina.