La sequía ha tenido un impacto significativo en las cuentas públicas durante los primeros siete meses del año, llevando al déficit primario a alcanzar un déficit del 1,3% del PBI. Esto plantea preocupaciones sobre el cumplimiento de la meta establecida del 1,9% en el acuerdo con el FMI. En un comunicado reciente, el FMI confirmó un desembolso de USD7.500 millones y destacó la influencia de factores climáticos y desviaciones en las políticas económicas, además de exhortar a fortalecer las reservas y mantener la disciplina fiscal.
Las consultoras económicas anticipan un posible incumplimiento de la meta anual, con el déficit primario proyectado en alrededor del 2,5% del PBI. El primer semestre ya evidenció dificultades, ya que el déficit primario esperado de $1,1 billones se tradujo en $1,8 billones. Las consultoras resaltan que la segunda mitad del año suele ser más desafiante estacionalmente y que la devaluación impactará la actividad económica y presionará por aumentos en el gasto social.
Analistas de LCG señalaron que proyectan un déficit primario de al menos el 2,5% del PBI para 2023. La devaluación fiscal de finales de julio afectará los ingresos fiscales y, aunque se espera un aumento nominal en los ingresos por derechos de exportación debido a la devaluación real, su impacto real podría ser limitado debido a la rápida traslación de precios. ACM también coincide en proyectar un déficit primario más cercano al 2,5% del PBI en lugar del objetivo del 1,9%, debido a la disminución de los ingresos y la caída en los ingresos por derechos de exportación.