Brasília
La Policía Federal afirma que una serie de diálogos entre interlocutores, el análisis de la ubicación de celulares, y las fechas y lugares de reuniones indican que el expresidente Jair Bolsonaro (PL) tenía conocimiento del plan para asesinar al presidente Lula (PT), al vicepresidente Geraldo Alckmin (PSB) y al magistrado del STF (Supremo Tribunal Federal) Alexandre de Moraes. Bolsonaro niega haber tenido acceso al plan de ejecución de las autoridades. “Olvídalo, jamás. Dentro de las cuatro líneas no hay pena de muerte”, declaró el lunes 25.
El plan, denominado “Puñal Verde y Amarillo”, fue elaborado por el general de la reserva Mario Fernandes, según la PF. Minutos después de que el documento fuera impreso por primera vez en el Palacio de Planalto, el 9 de noviembre de 2022, el militar fue al Palacio de la Alvorada para hablar con Bolsonaro. El 6 de diciembre de aquel año, Fernandes imprimió nuevamente el documento, al mismo tiempo que el teniente coronel Rafael de Oliveira y Bolsonaro se encontraban en el Palacio de Planalto.
Al día siguiente, Oliveira comenzó la ejecución de los planes golpistas con la compra de un celular desechable, mediante el cual participó en un grupo para la operacionalización de la ejecución de las autoridades, según la investigación. Bolsonaro también tuvo movimientos el 7 de diciembre, según la PF.
“Tras realizar personalmente ajustes en el borrador del decreto presidencial, Jair Bolsonaro convocó a los comandantes de las Fuerzas Militares al Palacio de la Alvorada para presentar el documento y presionar a las Fuerzas Armadas para que se unieran al plan de abolir el Estado democrático de derecho”, indica la policía.
En la reunión, el expresidente escuchó la negativa de apoyo al golpe por parte de los comandantes del Ejército y la Aeronáutica. El único que puso tropas a disposición fue el jefe de la Marina, el almirante Almir Garnier Santos.
Fuente: Fhola de San Pablo