Los expertos sugieren que los sistemas fiscales y las tasas de propiedad de la vivienda desempeñan un papel importante en las disparidades de riqueza entre ricos y pobres.
La desigualdad de la riqueza es muy evidente en todo el mundo, y Europa no es una excepción: el 10 % más rico del continente posee un asombroso 67% de la riqueza, mientras que menos de la mitad de los adultos solo posee el 1,2% de la misma.
El grado en que la riqueza está desigualmente distribuida varía también considerablemente de un país a otro, como muestra el Informe sobre la Riqueza Mundial 2023 de Credit Suisse y UBS.
El patrimonio neto o “riqueza” se define como el valor de los activos financieros más los activos reales (principalmente la vivienda) que poseen los hogares, menos sus deudas.
Su desigual distribución se mide por el coeficiente de Gini y la proporción de los percentiles superiores: cuanto mayor es el coeficiente de Gini, mayor es la desigualdad de la riqueza, representando 0 la igualdad total.
Entre los 36 países europeos estudiados, la desigualdad de la riqueza en 2022 oscilaba entre el 50,8 de Eslovaquia y el 87,4 de Suecia.
Excluyendo a Islandia, la desigualdad de la riqueza era bastante elevada en los países nórdicos. Finlandia, Dinamarca, Noruega y Suecia se situaron en la mitad superior de la tabla, con Suecia encabezando la lista en conjunto.
Alemania obtuvo la puntuación más alta en desigualdad de riqueza (77,2) entre las “cuatro grandes” potencias económicas de la UE, seguida de Francia (70,3), España (68,3) e Italia (67,8). El Reino Unido, antiguo miembro de la UE considerado aún uno de los “cuatro grandes” dentro del continente europeo, obtuvo una puntuación de 70,2.
Bélgica (59,6), Malta (60,9) y Eslovenia (64,4) siguieron a Eslovaquia en tener la menor desigualdad de riqueza.
Enormes disparidades entre los más ricos
En los 21 países europeos sobre los que se dispone de datos, existen importantes disparidades de riqueza entre los percentiles superiores, incluidos el decil más rico, el 5% más rico y el 1% más rico.
Si nos fijamos en el decil más rico en 2022, Suecia presentaba la mayor desigualdad de riqueza, donde el 10% más rico poseía el 74,4% de la riqueza. Bélgica tenía el valor de desigualdad más bajo, con un 43,5%.
De hecho, el decil más rico poseía más de la mitad de la riqueza en todos los países excepto en Bélgica.
Entre los “cuatro grandes” de la UE, Alemania registró la mayor desigualdad de la riqueza: el 10% más rico poseía el 63% de la riqueza, seguida de Francia (54,9%), España (53,8%) e Italia (53,5%). El Reino Unido registró una cifra inferior a la de estos cuatro países, con un 53,3%. Si se excluye a Alemania, el decil más rico de las cuatro potencias económicas europeas presenta cifras de desigualdad comparativamente más bajas entre los 21 países.
Suecia se dispara, Bélgica se resiste a la tendencia
La clasificación se mantiene prácticamente invariable si se compara el porcentaje de riqueza del 5% más rico con el del 10% más rico. Suecia mantiene su primera posición, con el 5% más rico poseyendo el 60,3% de la riqueza, mientras que Bélgica presenta la menor desigualdad de riqueza, con el 5% más rico poseyendo el 30,8% de la riqueza.
En cuanto a la proporción del 1% más rico, Turquía tiene la cifra más alta con un 39,5%, seguida de Chequia (37,8%), Suecia (35,8%) y Alemania (30,%).
En Bélgica, la proporción del 1% más rico es muy inferior a la media: sólo el 13,5% de la riqueza pertenece al 1% más rico. La siguiente cifra más baja era el 19% en Portugal.
¿Por qué Suecia está a la cabeza de la desigualdad de riqueza?
Puede sorprender que los países nórdicos en general tengan una puntuación tan alta en desigualdad de la riqueza, sobre todo porque parecen tener muy buenos resultados en otros índices, como el bienestar, la renta disponible y los valores democráticos.
Según Lisa Pelling, directora del grupo de reflexión Arena Idé, con sede en Estocolmo, el sistema fiscal es la razón más importante por la que Suecia en particular va a contracorriente.
“En las últimas décadas hemos suprimido varios impuestos sobre el patrimonio”, explica a Euronews Business. “En Suecia, de momento, no hay impuesto sobre el patrimonio. Tampoco hay impuesto de sucesiones, donaciones y patrimonio“.
Dijo que las empresas suecas internacionales de éxito, que se han beneficiado de inversiones realizadas con dinero de los contribuyentes, no devuelven esos fondos.
“También tenemos impuestos muy bajos para las empresas. Esto significa que hay muchas posibilidades de que los ricos se hagan aún más ricos”, añadió Pelling.
Fuente: EuroNews