La desconfianza y la especulación parecen dominar el escenario político en el peronismo, mientras el líder Sergio Massa lucha por manejar varias situaciones complejas. La no aprobación del bono de 60 mil pesos en dos tramos para hacer frente a la devaluación post-PASO y la incertidumbre electoral con el crecimiento de Javier Milei son preocupaciones clave.

Massa considera que la mayoría de los gobernadores están calculando su apoyo basándose en sus propias posibilidades de reelección, lo que está generando tensiones en el partido. Habló con varios de ellos y tiene una idea de lo que piensan los demás, pero esto complica aún más una campaña que ya enfrenta múltiples desafíos.

Esta situación se ha manifestado en diferentes formas a nivel local. En La Rioja, donde el aliado de Massa, Ricardo Quintela, perdió en las PASO, se ha implementado un aumento salarial del 5% para los empleados públicos y una suma fija de 55,000 pesos. Sin embargo, las cuentas estatales están siendo cuestionadas debido a un aparente gasto ineficiente, lo que lleva a solicitar apoyo financiero discrecional de Casa Rosada.

En el peronismo, las opiniones sobre cómo enfrentar a Milei varían. Algunos sugieren votar por Patricia Bullrich si es necesario para evitar la victoria de Milei, mientras que otros creen que confrontar con Milei solo lo haría más fuerte. Massa busca que los intendentes y gobernadores respalden su causa, especialmente en el Conurbano, donde se siente la necesidad de brindar ayuda económica. Sin embargo, el ascenso de Milei en esta región ha inquietado a muchos.

Los gobernadores están en un juego estratégico, evitando quedar asociados con derrotas. Kicillof, por ejemplo, busca la reelección en Buenos Aires y ha dejado en claro que otorgará el bono “en la medida de las posibilidades”. La incertidumbre electoral y la especulación siguen dominando el escenario político, lo que complica la situación para Massa y el peronismo en general.