Los representantes de pueblos originarios de Jujuy, que llevaban a cabo el llamado “Malón por la Paz” en una parte de Plaza Lavalle, experimentaron este sábado una intensa asistencia por parte de la policía para abandonar el lugar y dirigirse de regreso al norte del país. Aunque la situación de tensión no fue un desalojo convencional, dado que se había anunciado la finalización de la protesta, algunos voceros entre los aproximadamente 30 manifestantes presentes mencionaron sentirse “acosados” por el enorme despliegue policial, que, según sus responsables, se enmarcó en “cuestiones de higiene”. “Debemos dejar el lugar en las mismas condiciones que antes de la protesta”, precisaron desde Seguridad.
Con las nuevas administraciones tanto a nivel porteño como nacional ya en funciones, los participantes del Malón por la Paz habían indicado que la protesta sería levantada. Sin embargo, el viernes se anunció un retraso en la disolución del campamento debido a un problema con el transporte que trasladaría a los militantes de regreso a Jujuy. En este contexto, esta mañana, decenas de efectivos policiales aparecieron para brindar su enérgica colaboración en el ‘operativo limpieza’.
Las demandas del Malón por la Paz estaban dirigidas específicamente contra la reforma constitucional impulsada por Gerardo Morales en Jujuy, que reprimía o prohibía, entre otras cosas, los cortes de rutas y otras manifestaciones de protesta callejera.
“La policía comenzó a retirar nuestras pertenencias y nos instó a desocupar el lugar”, señaló un miembro del Malón por la Paz de Plaza Lavalle, mientras empacaban todas sus pertenencias para regresar al norte del país.