En el encuentro cara a cara entre los candidatos presidenciales Sergio Massa y Javier Milei, la estrategia y el tono desafiante marcaron el pulso de la contienda, a solo siete días de las elecciones. Mientras Massa se mantuvo firme en su atril, Milei optó por una rápida retirada en búsqueda del telón de fondo, convencido de su victoria. El cierre, marcado por gestos y agitación, encapsuló la intensidad de un debate donde ambos candidatos lucharon por imponer su narrativa.
En el inicio del debate, Massa tomó la delantera al abordar temas espinosos sobre la economía, arrojando preguntas incisivas a Milei sobre dolarización, quita de subsidios y rebaja de jubilaciones. La táctica de ataques directos resultó efectiva, arrinconando al libertario y aprovechando cada oportunidad para destacar las supuestas fallas en su propuesta económica. La postura dominante de Massa en este bloque se reflejó en la expresión de fastidio de Milei, quien luchó por mantenerse a la par del ministro.
A medida que el debate avanzó, Massa logró poner a Milei contra las cuerdas, cuestionando su equilibrio mental y poniendo en duda la gestión del candidato libertario en seguridad. El enfrentamiento se tornó más áspero cuando se abordaron temas como las relaciones diplomáticas, donde Massa presionó a Milei sobre las implicaciones económicas de romper lazos con países clave.
El segundo tramo del debate vio a Milei recuperar la iniciativa al obligar a Massa a responder por su relación con empresarios y cuestionar la integridad del ministro. Sin embargo, el candidato de Unión por la Patria mantuvo su posición, desafiando las acusaciones y llevando la discusión hacia el terreno de la seguridad, donde Milei se vio momentáneamente acorralado.
El intercambio de golpes y contragolpes en el segundo bloque evidenció la tensión entre ambos candidatos. Insultos y acusaciones de mentira se intercambiaron, destacando el tono crispado del enfrentamiento. El punto culminante llegó cuando Massa confrontó a Milei sobre la arancelación de la universidad pública, llevando la discusión a terrenos más personales y acalorados.
El debate concluyó con ambos candidatos presentando sus cierres finales. Massa, buscando conectarse con los indecisos, planteó la elección como un dilema entre violencia y democracia. Milei, por su parte, desempolvó su eslogan de campaña, preguntando al electorado por la elección entre populismo y república. El veredicto final quedará en manos de los votantes en las elecciones del próximo domingo.