Tras 48 horas de alta tensión interna en Unión por la Patria, la figura de Cristina Fernández de Kirchner volvió a ordenar el tablero con un mensaje claro: la única salida posible es la unidad. En paralelo, el gobernador Axel Kicillof, desde Mar del Plata, buscó lo mismo: enviar señales de calma y cohesión, aun en medio del debate por el desdoblamiento electoral.
El miércoles, la expresidenta reunió a un núcleo de intendentes bonaerenses —Mariel Fernández (Moreno), Mayra Mendoza (Quilmes), Federico Otermín (Lomas de Zamora), Nicolás Mantegazza (San Vicente), Gustavo Menéndez (Merlo)— y legisladores como Wado de Pedro y Leonardo Grosso, en la sede del sindicato de trabajadores de ANSES en la Ciudad de Buenos Aires.
Según pudo saber Buenos Aires/12, Cristina ratificó su idea estratégica: garantizar la mayor cantidad posible de bancas legislativas en 2025 para frenar el avance de Javier Milei y evitar que alcance el quórum propio en el Congreso a partir de 2026.
“Cristina está todo el tiempo llamando a una estrategia en unidad sabiendo que el enemigo es Milei“, describió una fuente del espacio cercana a la exmandataria.
Aunque dejó clara su preferencia por una elección concurrente en la provincia de Buenos Aires, no hubo señales de ruptura con Kicillof. Su entorno incluso sigue considerando con fuerza la posibilidad de que encabece una lista como candidata a diputada provincial por la Tercera Sección Electoral.
Una voz del conurbano sintetizó la tensión sin eufemismos: “Una elección provincial separada de la nacional le quita fuerza a la elección general por la propia lógica de los intendentes. Pero tampoco nos enfrentamos a Kicillof: acá no hay enemigo interno”.
El intendente de San Vicente, Nicolás Mantegazza, se sumó con una frase que dejó en claro quién conduce:
“Cuando muchos dudan, hay quienes siguen marcando el rumbo. Cristina lo hace con la responsabilidad de cuidar la unidad. En 2025 no hay lugar para la resignación: hay que estar de pie, militando y trabajando para construir una alternativa frente al gobierno de Milei”.
En la misma línea, Mariel Fernández, referente del Movimiento Evita, respaldó la postura de la titular del PJ:
“Cristina tiene toda la voluntad de unidad. Me asombra su paciencia y su análisis sin enojo. Lo que quiere es garantizar un triunfo en la provincia de Buenos Aires, porque eso nos beneficia a todos y todas”.
Fernández también subrayó la importancia de mantener los puentes con la gobernación:
“Espero que se siga trabajando en conjunto más allá del desdoblamiento. Tenemos que ir todos juntos”.
En la Legislatura bonaerense, los presidentes de bloque de UxP, Teresa García en el Senado y Facundo Tignanelli en Diputados, continúan impulsando el proyecto para suspender las PASO y convocar a elecciones concurrentes. Sin embargo, la iniciativa no cosecha consenso suficiente: ni el kicillofismo ni el Frente Renovador acompañarían, y la oposición evita involucrarse en las internas justicialistas.
Mientras tanto, el gobierno bonaerense sigue firme en su postura de desdoblar las elecciones. Este jueves, el ministro Carlos Bianco se reunió en Casa Rosada con el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, para coordinar aspectos del operativo electoral. Según Bianco, hubo “buena predisposición” del Gobierno nacional.
Horas antes, en Mar del Plata, Kicillof habló ante trabajadores de la UOM:
“Sobre la base de cualquier sistema electoral se puede construir la unidad. Vamos a trabajar para eso”.
También defendió su decisión de adelantar las elecciones provinciales al 7 de septiembre:
“Defender a la provincia es defender a la Argentina. Nuestra propuesta es clara: cuidar al pueblo, a los trabajadores, a la universidad pública”.
Este viernes será clave: en La Plata, Kicillof se verá cara a cara con los intendentes que impulsaron el desdoblamiento —más de 40 del peronismo, junto con los 27 de la UCR—. La foto de unidad territorial que buscan mostrar podría marcar un punto de inflexión en el conflicto y abrir un nuevo capítulo en la estrategia del oficialismo bonaerense frente al gobierno nacional.