Cristina mueve el tablero: sería candidata en la Tercera y desafía a Kicillof por el control del peronismo bonaerense

Aunque aún no lo anunció públicamente, sus dirigentes más cercanos ya militan su postulación como cabeza de lista en la sección electoral más poderosa. Se desata una batalla con el gobernador por el control de la lapicera y el futuro del peronismo.

Cristina Fernández de Kirchner aún no lo oficializó, pero en el sur del conurbano ya lo dan por hecho: será candidata a diputada provincial por la Tercera sección electoral. Así lo afirman dirigentes de su máxima confianza como la senadora Teresa García, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y el jefe comunal de Ezeiza, Gastón Granados, quien incluso inició un operativo clamor en la red social X. En ese bastión histórico del kirchnerismo, donde el peronismo gobierna 17 de los 19 municipios, se libra hoy una batalla clave contra el sector que responde al gobernador Axel Kicillof, con consecuencias que podrían redefinir el mapa del poder bonaerense.

En toda su carrera política, la expresidenta nunca anticipó con tanto tiempo sus movimientos electorales. Pero si esta vez decide jugar, lo hará en el territorio con mayor peso electoral de la provincia: más de cinco millones de votantes y 18 bancas en la Cámara baja provincial en disputa. La elección será también una disputa por la lapicera: Cristina no solo encabezaría la boleta, sino que buscaría incidir directamente en el armado de listas y en el reordenamiento del peronismo post-2023.

La tensión ya se siente en la calle

Aunque la campaña aún no comenzó formalmente, la interna peronista ya se vive con intensidad en los municipios del sur del Gran Buenos Aires. En distritos como La Matanza, Avellaneda y Quilmes, los paredones hablan: los eslóganes “Cristina 2025” y “Axel es el futuro” compiten por el espacio público. El conflicto llegó a las calles de Avellaneda, donde el intendente Jorge Ferraresi, alineado con Kicillof, ordenó retirar carteles de CFK, desatando una reacción furiosa de La Cámpora.

Ese clima anticipa una primaria feroz entre dos estructuras que hasta hace poco convivían bajo la misma bandera. Hoy, las heridas abiertas en el cierre de listas de 2023 y las diferencias estratégicas entre ambos liderazgos vuelven irreconciliables muchas alianzas locales.

Una sección clave con cuentas pendientes

La Tercera sección es el corazón del peronismo bonaerense. Conformada por 19 distritos —de los cuales solo dos están en manos de la oposición— concentra una porción decisiva del electorado. En 2023, Unión por la Patria obtuvo allí el 51 % de los votos con una lista encabezada por Emmanuel González Santalla, senador de La Cámpora y oriundo de Avellaneda. Aquella boleta provocó fuertes tensiones internas: intendentes de peso como Fernando Espinoza (La Matanza) fueron marginados del armado.

El antecedente más inmediato es el de 2021, cuando el intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares, encabezó la lista y el peronismo cosechó el 45 %. En esta nueva contienda, la figura de Cristina, si efectivamente se confirma su candidatura, podría arrasar con la interna e imponer condiciones.

El mapa de los intendentes: paridad y desconfianza

Hoy, los alcaldes de la Tercera están prácticamente divididos en dos bloques. Ocho responden al gobernador Kicillof, entre ellos Ferraresi (Avellaneda), Espinoza (La Matanza), Mussi (Berazategui) y Cascallares (Almirante Brown). Del lado de CFK están Mendoza (Quilmes), Otermín (Lomas de Zamora), Mantegazza (San Vicente) y Granados (Ezeiza), entre otros.

Los municipios clave están también repartidos. La Matanza, con más de 1,1 millones de electores, responde al gobernador. Pero Lomas y Quilmes, los siguientes en magnitud, están bajo control del kirchnerismo duro. Esa paridad alimenta una guerra fría entre ambos sectores, que ahora amenaza con escalar en plena campaña.

La batalla por la lapicera

Una eventual candidatura de Cristina no es solo simbólica: implica retomar el control del armado, disputar lugares en las listas y condicionar a los intendentes que hoy orbitan en torno a Kicillof. Se jugarán 18 bancas, de las cuales Unión por la Patria pondrá en juego ocho. Entre ellas, dos pertenecen a La Cámpora (Latorre y Tignanelli), tres a intendentes del gobernador y otras al Frente Renovador.

El recuerdo del cierre de listas de 2023 sigue latente. Entonces, Máximo Kirchner impuso nombres propios en las boletas y dejó sin lugares a intendentes poderosos. Ahora, los alcaldes kicillofistas juran que no volverán a ceder sin resistencia. “La historia no se va a repetir”, advierten, dispuestos a todo para no ser desplazados otra vez por la lapicera de la exmandataria.

La oposición observa en silencio

Mientras tanto, la oposición no logra presentar figuras de peso equivalente en la sección. En La Libertad Avanza, se mencionan nombres como Sebastián Pareja, Nahuel Sotelo, Florencia Arietto y Leila Giannini, sin capacidad de competir en volumen. En el PRO, el exintendente de Lanús y excandidato a gobernador Néstor Grindetti suena como opción, pero sin estructuras consolidadas en toda la región.

Con Cristina en la boleta, el peronismo buscaría consolidar su hegemonía en el conurbano sur, pero la disputa interna podría costarle cohesión, estructura y votos.

Una jugada que puede redefinir el tablero

La posible candidatura de Cristina Fernández de Kirchner en la Tercera sección abre un nuevo escenario político en Buenos Aires. No solo desafía la construcción de Kicillof —quien parecía encaminarse como nuevo conductor del espacio—, sino que reaviva viejas tensiones en el corazón mismo del peronismo.

En un contexto de fragmentación opositora y malestar social, la expresidenta apuesta por volver al ruedo donde su nombre todavía pesa más que cualquier otro. La incógnita, ahora, es si esa apuesta fortalecerá al espacio o lo partirá definitivamente en dos.

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