En la puerta del Instituto Patria, el lugar donde Cristina Kirchner ha establecido su base política desde que dejó la presidencia, se vivió un ambiente de reencuentro y reflexión. No fue la multitud eufórica que solía llenar la Plaza de Mayo, sino una militancia más calma, que digiere con bronca la derrota electoral ante Javier Milei y que empieza a reclamar un mayor protagonismo político de la exmandataria para estructurar una oposición que, hasta ahora, solo ha sido parlamentaria.
El kirchnerismo, junto con otros sectores del peronismo que buscan reconfigurarse tras el gobierno de Alberto Fernández, movilizó a sus bases hacia el Instituto Patria. El mensaje fue claro: “la jefa está de regreso”. En este contexto, la reaparición de Cristina Kirchner, acompañada por figuras como el gobernador bonaerense Axel Kicillof, fue interpretada como un indicio de su posible regreso al centro de la escena política, quizás como candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires en las próximas elecciones legislativas.
Sin embargo, el camino hacia 2025 presenta desafíos, ya que el espacio aún enfrenta tensiones internas y la necesidad de acordar una estrategia unificada para enfrentar los nuevos desafíos políticos. Mientras tanto, la figura de Cristina sigue siendo un punto de referencia central en el peronismo, con la expectativa de que pueda guiar al movimiento en la construcción de una oposición sólida y efectiva.