Crisis económica y enojo social: la imagen de Milei sufre un fuerte retroceso tras las medidas de ajuste

La administración de Javier Milei atraviesa un momento crítico. A casi diez meses de gestión, el Presidente enfrenta las consecuencias de las medidas económicas de “shock” que ha implementado, lo que ha derivado en una caída notable de su imagen positiva en las encuestas. Según varios informes recientes, la aprobación de Milei retrocedió 7 puntos, mientras que el malestar social hacia su gobierno, basado en la promesa de la “antipolítica”, ha ido en aumento. La recesión afecta de manera directa a los bolsillos de los argentinos, que enfrentan una subida de tarifas de servicios esenciales como luz, agua y gas, sumada al incremento en el costo del transporte público (colectivo, trenes y subte).

Este “combo” de aumentos ha complicado la recuperación económica, quebrando la tendencia descendente de la inflación, que había sido la principal bandera de la administración libertaria. Sin embargo, para la mayoría de los argentinos, estas medidas no están logrando la tan esperada “estabilidad”. De hecho, uno de cada dos encuestados señala que el aumento de tarifas afecta gravemente su situación financiera, y un 29% responsabiliza directamente al gobierno de Milei por la crisis económica.

En los últimos días, una encuesta de la consultora Poliarquía mostró datos preocupantes para el Gobierno. Según el estudio, la imagen positiva de Milei cayó del 47% en agosto al 40% en septiembre. Este retroceso parece estar vinculado directamente con la economía cotidiana: el desempleo se posiciona como la principal preocupación de los argentinos, desplazando a la inflación. Además, el 47% de los encuestados desaprueba la gestión del gobierno libertario, un aumento de 4 puntos, el mayor desde que Milei asumió la presidencia. La aprobación general del gobierno también cayó 2 puntos, quedando en el 53%.

Enojo social y el rechazo a la “antipolítica”

Un factor clave en la caída de la popularidad de Milei es el creciente sentimiento de “enojo” entre la población, que surge no solo por el impacto económico de sus medidas, sino también por la percepción de que el gobierno está actuando de manera similar a la política tradicional, a pesar de su discurso “antipolítica”. Un claro ejemplo fue el asado que Milei compartió con los 87 diputados que votaron a favor del veto a las jubilaciones, lo que generó una fuerte reacción social.

Shila Vilker, analista y directora de la consultora Trespuntozero, explicó este cambio de clima social: “Hay un crecimiento en los sentimientos negativos hacia el gobierno. Pasamos de la esperanza que generaba la promesa de un futuro diferente, a un incremento de los indicadores de antipolítica, es decir, de enojo hacia Milei por sus acciones”. Según Vilker, el mismo sentimiento que llevó a Milei al poder ahora está tornándose en su contra.

Este malestar está alimentado por el aumento de tarifas, el veto presidencial a la ley de jubilaciones y el preanuncio del veto al presupuesto educativo, además de la suba en los costos de transporte. Estos factores, junto con los acuerdos entre Milei y diputados de la UCR, han consolidado la percepción de que el gobierno está replicando la misma dinámica política que prometió cambiar.

Inflación y expectativas en declive

La inflación, que había sido controlada en los primeros meses de la gestión, comienza nuevamente a generar preocupación entre los argentinos. Vilker afirmó que, aunque la preocupación por la inflación se había frenado durante algunas semanas, recientemente volvió a crecer. “Milei habló mucho sobre el déficit cero, pero poco sobre la inflación en la presentación del Presupuesto 2025”, explicó la analista. La estabilidad económica, uno de los mayores deseos de la sociedad, parece desvanecerse a medida que aumentan las expectativas negativas hacia el gobierno.

En resumen, el capital político de Milei, construido en torno a la promesa de estabilización económica y ruptura con la clase política tradicional, está enfrentando una dura prueba. Las medidas de ajuste, los aumentos tarifarios y el descontento social están deteriorando la imagen del presidente, mientras la recesión y el desempleo profundizan la crisis en la que se encuentra el país.

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