Las autoridades de Corea del Sur acusan a Corea del Norte de realizar un lanzamiento de más de 200 proyectiles de artillería desde la costa oeste de la península de Corea hacia el mar. Este suceso ha generado alarma en el país vecino, llevando a Seúl a evacuar a la población de las islas de Yeonpyeong y Baengnyeong. Los proyectiles, lanzados desde el cabo de Jangsan y Deungsan, han impactado en el mar dentro de la línea de límite norte, que sirve como límite marítimo de facto según el acuerdo militar intercoreano de 2018, del cual Pyongyang se retiró en noviembre.
A pesar del aumento de la tensión en la zona, no se han registrado daños inmediatos en las cercanías. Como respuesta, el Ejército surcoreano ha iniciado maniobras militares con fuego real en las islas evacuadas y ha advertido a Corea del Norte sobre la responsabilidad de la crisis, calificando el acto como provocador.
Seúl ha anunciado la realización de maniobras militares en coordinación con Estados Unidos y ha lanzado alrededor de 400 proyectiles hacia la línea de límite norte, el doble de los proyectiles lanzados por Corea del Norte. Estos eventos representan la primera vez que las fuerzas surcoreanas llevan a cabo este tipo de lanzamientos desde la firma del acuerdo en 2018, mientras que Corea del Norte ya ha realizado 16 lanzamientos similares, el último en diciembre de 2022.
El ministro de Defensa, Shin Won Sik, ha supervisado las maniobras militares y ha instado a estar “preparados” ante las “provocaciones temerarias” de Corea del Norte, asegurando que el Ejército responderá para garantizar la paz. A pesar del acuerdo del 2018, las tensiones han persistido y el líder norcoreano Kim Jong Un ha definido las relaciones intercoreanas como hostiles, instando a incrementar las capacidades del país para enfrentar a Corea del Sur.
La Inteligencia surcoreana ha advertido sobre posibles ataques por parte de Pyongyang, especialmente con miras a las elecciones parlamentarias programadas para abril del próximo año.