La iniciativa, promovida por representantes estudiantiles cercanos al kirchnerismo, obtuvo solo seis votos favorables sobre un total de 28. Los únicos apoyos provinieron de los decanos de las facultades de Ciencias Exactas, Ciencias Sociales y Filosofía y Letras —todos ellos afines a sectores progresistas—, además de los impulsores del proyecto. El resto del cuerpo votó por el rechazo, dejando en evidencia una postura institucional mayoritaria contraria a manifestarse políticamente en favor de la exmandataria.
Según trascendió, la sesión se desarrolló en un clima tenso, atravesado por la presión de agrupaciones estudiantiles que lideran tomas en varias facultades —como Sociales, Filosofía y Letras— y en el predio de Ciudad Universitaria, donde funcionan dos facultades y la sede central del Ciclo Básico Común (CBC). El texto sometido a votación proponía que la UBA repudiara lo que calificaba como una “persecución política y judicial” contra Fernández de Kirchner y denunciara una supuesta “proscripción” derivada de la sentencia judicial.
El Consejo Superior, sin embargo, optó por mantener una línea de neutralidad institucional frente a los acontecimientos políticos nacionales. “El resto del cuerpo votó por el rechazo del mismo en una contundente votación”, confirmaron fuentes universitarias.
La votación expuso la fractura interna entre sectores que impulsan una mayor politización de la universidad y una mayoría que defiende la autonomía académica y el resguardo institucional frente a posicionamientos partidarios. En los hechos, el resultado implica un límite claro a la intención de algunos grupos de convertir a la UBA en actor político explícito frente a decisiones judiciales de alta sensibilidad pública.
El debate se da en un momento de efervescencia interna: varios edificios de la universidad continúan tomados por agrupaciones estudiantiles que reclaman, entre otras demandas, un pronunciamiento político más contundente por parte de las autoridades universitarias. La resolución adoptada por el Consejo marca, sin embargo, una distancia respecto a esas exigencias y ratifica el rol académico e institucional de la universidad frente al escenario político nacional.
Tras la confirmación de su condena, la expresidenta saludó desde el balcón de su departamento en Constitución, mientras sectores afines convocaban manifestaciones en su apoyo. En paralelo, el rechazo del proyecto en la UBA deja en claro que, al menos en el ámbito universitario, no hay consenso para interpretar la sentencia judicial como un acto de proscripción.