Gerhard Schindler, quien fuera presidente del Servicio Federal de Información de Alemania (BND) entre 2011 y 2016, era conocido por sus esfuerzos para mejorar la transparencia en la labor de los servicios de Inteligencia. Sin embargo, no pudo publicar sus memorias. En 2021, la Cancillería alemana no lo permitió, después de una revisión de dos años. En 2020, Schindler publicó unos polémicos escritos: “¿Quién tiene miedo al BND? Por qué necesitamos más coraje para combatir las amenazas hacia nuestro país”. DW lo entrevistó.
DW: Cuando escucha el nombre “Bulgaria”, ¿qué es lo primero que le viene a la mente?
Gerhard Schindler: La historia de la posguerra, que conozco por los libros. Me refiero al entonces servicio de Inteligencia búlgaro, formado en asesinatos especiales para la KGB rusa. Por lo que Bulgaria -en realidad, el servicio secreto de ese país- lamentablemente siempre tuvo un impacto negativo en mí.
Bulgaria ya era miembro de la OTAN y de la UE cuando usted se desempeñaba en el BND. Así que tenía relaciones profesionales con los servicios búlgaros correspondientes. ¿En qué ámbitos trabajó junto con Sofía entonces y sobre que asuntos?
Tuvimos un contacto excelente con nuestros colegas búlgaro. Funcionó sin problemas. En aquel entonces, la atención se centró más en la lucha contra el terrorismo y menos en la guerra como la vemos hoy.
Y precisamente en esta situación bélica actual, Bulgaria está en el flanco este de la OTAN. En dicho contexto, ¿piensa que tal vez debería intensificarse la cooperación con los servicios búlgaros?
Estoy bastante seguro de que la cooperación con los servicios búlgaros es más intensa que en mi época. Porque la amenaza común nos obliga a trabajar aún más unidos y con confianza.
Si todavía estuviera en el cargo hoy, ¿qué información sobre la guerra en Ucrania esperaría de los servicios asociados y cómo motivaría a estos servicios para obtener dicha información?
Por supuesto, la atención se centra en la situación militar. En Ucrania no sólo estamos viviendo una guerra simétrica clásica, sino también una guerra de información de dimensiones desconocidas. Es importante todo lo que pueda contribuir a esclarecer la situación general.
Hablando de la lucha contra el terrorismo, Alemania trabajó con los servicios búlgaros incluso durante la era comunista. En junio de 1978, un miembro de la Fracción del Ejército Rojo (RAF) [organización terrorista marxista de guerrilla urbana, activa en la Alemania Occidental de posguerra, N. de la R.] fue arrestado en la costa búlgara del Mar Negro. ¿Cómo fue posible durante la Guerra Fría que el BND trabajara junto con los servicios secretos comunistas búlgaros?
No puedo juzgarlo porque no trabajaba en ese momento. Sin revelar ningún secreto, los servicios de Inteligencia trabajan en interés de su país; no conocen “amigos”, sino sus intereses. Trabajan juntos, más bien por necesidad. Hay muchos casos en los que ni siquiera se pensaría que están colaborando. El BND, por ejemplo, tiene relaciones laborales con más de 400 servicios de Inteligencia en todo el mundo. Hay 192 Estados en total, pero muchos Estados tienen múltiples servicios secretos. No se preguntan: “¿Es este un régimen autocrático? ¿Es un régimen dictatorial?”. Se trata de los intereses del país, y realizan tareas conjuntas en aspectos específicos y puntuales.
Los periodistas investigativos y las redes de investigación compiten ahora con los servicios secretos. El equipo de investigación de Bellingcat, por ejemplo, investigó el derribo del avión de pasajeros MH17 sobre el este de Ucrania en 2014, entre otros. Descubrieron secretos inimaginables. ¿Cómo es posible algo así?
Sí, porque Bellingcat ha desarrollado correctamente algunos métodos que los servicios de Inteligencia no pueden. Por ejemplo, después del derribo del avión de pasajeros MH17 sobre el este de Ucrania, Bellingcat pidió la entrega de imágenes de teléfonos inteligentes utilizadas para filmar vehículos militares o de misiles rusos, ya sea accidental o intencionalmente. Y cuando se reciben cientos de entregas de material, entonces se puede hacer una investigación detallada. Los servicios de Inteligencia no pueden pedir que se les envíen imágenes de celulares. Cada uno emplea sus recursos. Lo principal es que tenemos los resultados, que podemos utilizar más tarde para tener una mejor idea de la situación.
Entrevista realizada por Alexander Adreev.
(rmr/cp)
Fuente: DW, Alemania.