La toma de Damasco por Hayat Tahrir al-Sham (HTS) pone fin al régimen de Bashar al Assad, marcando un giro histórico en Oriente Medio. La derrota supone un duro golpe para Irán y Rusia, que pierden un aliado clave en la región.
La fulminante ofensiva liderada por Hayat Tahrir al Sham (HTS), una alianza de milicias respaldada por Turquía y con raíces en Al Qaeda, representa uno de los mayores puntos de inflexión en Oriente Medio en generaciones.
Con la derrota del régimen de Bashar al Assad, desaparece un bastión clave desde el cual Irán y Rusia proyectaban su influencia en el mundo árabe, asegura Reuters. Un alto funcionario iraní declaró a la agencia que Teherán se enfrenta ahora a la pérdida de un aliado estratégico en Damasco, justo cuando Donald Trump se prepara para regresar a la Casa Blanca en enero. En este contexto, Irán está abierto a establecer contacto con los nuevos líderes sirios.
“Este compromiso es esencial para estabilizar las relaciones y evitar nuevas tensiones regionales”, afirmó el funcionario, subrayando que solo los sirios tienen derecho a decidir el futuro de su nación.
Vidrios rotos y muebles destrozados cubrían el suelo, mientras objetos pertenecientes a la misión diplomática eran cargados en camiones. Según el diario iraní ‘Tehran Times’, citando al portavoz del Ministerio de Exteriores Esmaeil Baqaei, los diplomáticos iraníes ya habían evacuado la Embajada antes del asalto. El informe aseguró que todo el personal está a salvo.
Irán y su apoyo al régimen de Assad
Desde el inicio de la Guerra Civil en 2011, Irán ha respaldado al régimen de Assad, enviando “asesores militares” a petición del líder sirio. Durante el conflicto, numerosos comandantes de la Guardia Revolucionaria iraní han muerto tanto en combates como en ataques aéreos israelíes dirigidos contra objetivos iraníes en Siria.
La caída de Assad no solo significa un cambio radical en el tablero geopolítico de la región, sino que también supone un duro golpe para los intereses estratégicos de Irán y Rusia en Oriente Medio.