Si no fuera porque todo queda registrado en constancias judiciales, parecería el libreto de un guionista arrojado, pero no es ficción. Es la historia de un hombre que, desde los 13 años, trabajó en un hipódromo en Santa Fe, se convirtió en dirigente sindical, amasó una fortuna, manejó cuentas offshore, y vivió en una mansión frente a la del gobernador.
Carlos Felice, abogado, dirigente sindical y figura central del establishment santafesino, pasó de liderar la Unión de Trabajadores del Turf y Afines (UTTA) y manejar la poderosa obra social OSPAT, a ser investigado por sus vínculos con un exdirector de la AFIP, Carlos Andrés Vaudagna. Este último no solo administraba su patrimonio, sino que también realizaba maniobras fiscales cuestionadas, dejando a Felice al descubierto.
Este “self-made man”, dueño del haras El Ángel de Venecia y de caballos que brillaron en el turf internacional, enfrenta ahora una investigación patrimonial que amenaza con desmoronar su legado. La caja de Pandora abierta por el celular de Vaudagna muestra un entramado de gestiones en paraísos fiscales, fideicomisos sospechosos y complicidades que desnudan la cara menos conocida de este hombre que, durante décadas, parecía inalcanzable.
Es la caída de un hombre que supo coronar la gloria y que ahora enfrenta su mayor desafío: justificar su fortuna en medio de uno de los mayores escándalos de corrupción del país.
Fuente: La Política Online
