El Gobierno de Javier Milei está listo para comenzar a desmantelar una de las cargas impositivas más pesadas heredadas de la gestión de Alberto Fernández: el Impuesto PAIS, pieza clave del cepo cambiario. Según el compromiso asumido tras la aprobación del Paquete Fiscal en el Congreso, el mes próximo marcará el inicio de este proceso, que podría tener un impacto significativo en la economía.
El ministro de Economía, Luis Caputo, hizo explícita la promesa de avanzar con la reducción del Impuesto PAIS, disminuyendo su alícuota del 17,5% al 7,5%. Este cambio se enmarca en el objetivo fiscal prioritario de la nueva administración y representa un primer paso hacia la eliminación de las restricciones cambiarias que han condicionado la economía del país.
La lógica detrás de esta medida se basa en el hecho de que, con el cepo cambiario en vigor, el Impuesto PAIS ha sido uno de los pocos tributos cuya recaudación ha crecido a pesar de la caída en la actividad económica. Los recursos generados por este impuesto han sido fundamentales para mantener las cuentas públicas, lo que ha complicado la posibilidad de desmantelar el cepo. Sin embargo, con la aprobación del Paquete Fiscal y el regreso del Impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría, el Gobierno se siente en posición de comenzar a desactivar esta dependencia.
El impacto inmediato de la reducción del Impuesto PAIS se reflejará en una disminución automática del valor de las importaciones, que pasarían de un tipo de cambio de $1.100 a $1.000. Según cálculos del economista Fernando Marull, este abaratamiento podría generar un incremento de importaciones de aproximadamente USD 1.000 millones mensuales, lo que a su vez tendría un efecto positivo en la inflación, con una reducción estimada del 0,7% en septiembre.
No obstante, la reducción del Impuesto PAIS no será universal. Mientras que el recorte beneficiará a quienes pagan importaciones en el mercado oficial, no se aplicará al denominado “dólar turista” o “dólar tarjeta”. Esto significa que el Impuesto PAIS que se cobra sobre la compra de dólares para atesoramiento y los pagos con tarjeta de crédito y débito en moneda extranjera no se verá afectado por esta medida. El Gobierno ha dejado claro que no tiene intención de incentivar el uso de pesos para la compra de divisas con fines de consumo en dólares, sino todo lo contrario.
El ministro Caputo se enfrenta a un desafío delicado: equilibrar la necesidad de reducir la presión fiscal sin desestabilizar el frágil equilibrio económico del país. Aunque la reducción del Impuesto PAIS es un paso en la dirección correcta, quedan por resolver muchas cuestiones, incluyendo la posibilidad de un ajuste del dólar oficial que compense la disminución del gravamen, una recomendación que algunos economistas, como Domingo Cavallo, han puesto sobre la mesa.
Este proceso de desmantelamiento del cepo cambiario y la dependencia del Impuesto PAIS es solo el comienzo de una serie de reformas económicas que el Gobierno de Milei deberá implementar para recuperar la estabilidad económica y atraer la inversión extranjera. Sin embargo, el camino no será fácil, y el impacto de estas medidas en el bolsillo de los consumidores argentinos aún está por verse.