La CGT enfrenta un nuevo desafío con la llegada del asesor Mario Lugones a la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), quien propone modificaciones en los mecanismos de reparto de subsidios para las obras sociales sindicales. La propuesta busca cargar a las prestadoras gremiales parte de los servicios brindados a afiliados discapacitados, anteriormente cubiertos por el Fondo Solidario de Redistribución (FSR). Además, se plantea anular algunos subsidios automáticos que equilibraban las cuentas de estas entidades.
El nuevo esquema apunta a fortalecer el FSR, agotado por el aumento de erogaciones relacionadas con servicios a personas con discapacidad. La llegada de Gabriel Oriolo como titular de la SSS y la designación de Claudio Stivelman, propuesto por Lugones, otorgan mayor discrecionalidad en la distribución de estos recursos.
Estos cambios han confirmado las preocupaciones de la CGT, lideradas por José Luis Lingeri, quien reclamó una audiencia con las nuevas autoridades. La incertidumbre en torno a la financiación de las obras sociales sindicales y la posibilidad de anular subsidios automáticos intensifican el malestar en la central obrera y agravan la relación con el Gobierno. La preocupación principal radica en la posibilidad de que los fondos asignados no cubran las necesidades de las obras sociales sindicales, generando tensiones en las negociaciones con las autoridades de salud.
