A una semana del cierre formal de listas, la política bonaerense entra en su etapa más intensa. Con el sábado 20 de julio como fecha límite, tanto en Fuerza Patria —la alianza entre Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa— como en el frente que une a La Libertad Avanza con el PRO, las negociaciones se aceleran, los teléfonos arden y los nombres comienzan a tomar forma. La Provincia de Buenos Aires se prepara para una elección clave, no solo por su peso electoral, sino también porque su resultado condicionará la dinámica nacional rumbo a octubre.
El armado del peronismo: entre la unidad y las tensiones locales
En el oficialismo bonaerense, luego de cerrar el frente Fuerza Patria con una mesa colegiada de apoderados de los tres espacios principales (PJ, Frente Renovador y Movimiento Derecho al Futuro), el foco ahora está puesto en la ingeniería territorial. Axel Kicillof tendrá el comando estratégico de la campaña, pero los intendentes peronistas conservarán el control sobre el tramo municipal de la boleta, especialmente sensible por su impacto en la gobernabilidad de los distritos.
“Las seccionales son manejables, el problema es el cierre en los municipios”, reconocen en la mesa de negociación. La complejidad se potencia en los distritos donde el peronismo es oposición y cada sector busca garantizar presencia. La consigna es clara: candidatos con perfil opositor firme a Javier Milei, y toda la fuerza puesta en la elección del 7 de septiembre, que será la primera vuelta clave antes de las legislativas nacionales de octubre.
Uno de los nombres que gana consenso para encabezar la boleta en la Primera Sección es Federico Achával, intendente de Pilar, dirigente con vínculos tanto con Kicillof como con La Cámpora. Su eventual candidatura al Senado bonaerense encarna la estrategia de mostrar gestión territorial y volumen político. En esa sección, con más de 4,7 millones de votantes, se juega buena parte del resultado. “El que gana la Primera, gana la Provincia”, insisten los armadores del PJ.
En la Tercera Sección, bastión histórico del peronismo, aún no hay definiciones. Se habló de Máximo Kirchner, pero su incomodidad para competir bajo lo que considera un clima de proscripción hacia su madre, Cristina Kirchner, complica esa posibilidad. En ese vacío, toma fuerza la figura de Verónica Magario, actual vicegobernadora y exintendenta de La Matanza, capaz de sintetizar al kirchnerismo y al peronismo tradicional. Tampoco se descarta a Mariano Cascallares, exjefe comunal de Almirante Brown y actual legislador con llegada directa a Kicillof y Máximo.
La interna liberal y el PRO: nombres propios y juego de alineamientos
En la vereda opuesta, el flamante acuerdo entre La Libertad Avanza y el PRO también empieza a traducirse en nombres. En la Primera Sección, todo indica que el candidato será Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, el primer jefe comunal PRO que abrazó abiertamente el ideario libertario. Su vínculo personal con Javier Milei —fueron compañeros en la carrera de Economía— refuerza esa posibilidad.
En la Sexta Sección, el exintendente de Bahía Blanca, Héctor Gay, alineado con Patricia Bullrich, se perfila como cabeza de lista. Y en la Quinta, todo apunta a que el marplatense Guillermo Montenegro encabezará la papeleta. Hombre clave del acuerdo entre el PRO y Milei, Montenegro aparece además como posible candidato a ministro —de Seguridad o Justicia— en caso de un eventual reordenamiento de gabinete si Bullrich salta a la candidatura nacional por CABA.
La interna libertaria, sin embargo, sigue mostrando fisuras. La agrupación Las Fuerzas del Cielo, cercana a Santiago Caputo, quedó desplazada. Queda por definir quién encabezará la lista en la estratégica Tercera Sección, donde la posibilidad de que Sebastián Pareja sea el candidato comienza a consolidarse. Pareja, presidente de La Libertad Avanza bonaerense, se posicionaría como figura fuerte de cara a 2027, mientras el economista José Luis Espert queda cada vez más debilitado por los vetos cruzados de los Caputo.
Un tablero en movimiento
La elección del 7 de septiembre renovará 23 bancas del Senado provincial, 46 de Diputados, más de 1000 concejales y más de 400 consejeros escolares. El tamaño del mapa obliga a equilibrar intereses, identidades y liderazgos. Y mientras en el oficialismo el eje gira en torno a la cohesión del peronismo bajo el liderazgo de Kicillof, en la oposición el dilema es cómo mantener la alianza entre Milei y el PRO sin que la interna devore a los propios.
Lo que está en juego no es sólo el control político de la provincia más poblada del país: también se juega el futuro inmediato del país, el termómetro electoral de un oficialismo golpeado pero cohesionado, y la viabilidad de un proyecto libertario que necesita territorializar su poder sin perder su impronta antisistema.