Debate y Convergencia

Black Mirror: otro viaje recargado de paranoia, oscuridad y algo de humor

Una imagen opaca y trizada de la realidad. Una realidad que se parece cada vez más a la ficción. Con la inquietante irrupción del ChatGPT y otros usos recientes de la Inteligencia Artificial y las tecnologías, distopías como las que relata esta serie antológica parecen estar cada vez más cercanas. Caminan a la par del espectador. En un mundo que a veces no se entiende, Black Mirror anticipó a su manera varias tendencias y, a su vez, unió en espanto a las audiencias con sus profecías torcidas. 

Pasaron cuatro años del estreno de la temporada cinco. Un lapso que se ensanchó con la pandemia y sus resonancias. “No sé qué estómago tendría para contar historias sobre sociedades que se desmoronan, así que no estoy trabajando en una de esas”, comentó allá por 2020 Charlie Brooker en el pico del Covid, su creador. Un tiempo después volvió a sentarse frente a la computadora para concretar estos cinco nuevos episodios que subieron a la pantalla de Netflix. De alguna forma, Black MIrror parece más vigente que nunca. Si bien, parte de la mística inicial puede haber ido virando, siempre (o casi siempre) encuentra formas de asombrarnos y preocuparnos. 

Thank you for watching

La temporada seis empieza con “Joan is awful”, un entramado pesadillezco de avatares y multiversos etéreos. La protagonista, Joan (interpretada por  Annie Murphy de Shitt’s Creek) tiene un desayuno insulso con su prometido, una mañana difícil en el trabajo donde debe despedir a una empleada y un coqueteo con su ex. Por la noche, ella y su novio se sientan a ver una serie en “Streamberry” (plataforma irónicamente parecida a Netflix) y no tarda en reconocer su propia vida en la pantalla. Esta vez es protagonista pero a un alto precio. El episodio, que cuenta con la despampanante presencia de Salma Hayek, tiene buenas dosis de humor y una propuesta original. De alguna manera, es como si la propia plataforma de streaming se contorsionara sobre sí misma para ver su propio reflejo deformado. Para hacer saltar todas las alarmas de la paranoia sobre la apropiación de información, los derechos de las imágenes digitales y la hipervigilancia. 

Hay teconologías de todo tipo a lo largo de los capítulos, algunas retro y otras de punta. Como viene sucediendo las tramas en ocasiones se aferran a estos avances de manera más precisa y en otras esbozan un ejercicio conspiranóico más difuso. Ahora va, incluso, un poco más allá. “Esta vez, junto con algunos de los tropos más familiares de Black Mirror, también tenemos ciertos elementos nuevos, incluso algunos que había jurado a ciegas que el programa nunca sumaría, para estirar los parámetros de lo que es un episodio de Black Mirror”, había anticipado su creador.

MIchael Cera, Aaron Paul, Paapa Essedieu, Josh Hartnett y Kate Mara forman parte del elenco que va dando vida a los personajes de las distintas historias. El episodio que está protagonizado por el actor de Breaking Bad lleva por título “Beyond The Sea”. Plantea un 1969 alternativo en el que dos cosmonautas luchan con las consecuencias de una tragedia inimaginable.

Black MIrror ya es un clásico. Un reflejo que nos devuelve los perfiles menos brillantes como humanidad. Cada vez cuesta más saber de qué lado del espejo estamos.  

Fuente: BAE

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