En estos primeros meses de gestión, el Gobierno ha logrado una base de apoyo relativamente estable que supera ligeramente la mitad de la población. Sin embargo, también se ha mantenido firme la cantidad de personas que no está de acuerdo con las políticas de Javier Milei.
Mientras es fácil concluir que aquellos que apoyan al Gobierno probablemente votarán a los candidatos oficialistas en las elecciones del próximo año, predecir el comportamiento de quienes están en contra de Milei es más complicado. La oposición, a diferencia del oficialismo, muestra una pulverización de liderazgos.
En este contexto, el peronismo se destaca como el partido que mejor encarna el perfil anti Milei. Aunque ninguno de los dirigentes opositores es competitivo en términos electorales, Axel Kicillof emerge como el candidato natural para liderar el recambio del peronismo. La ex vicepresidenta Cristina Kirchner ha optado por mantenerse al margen, sin ocupar cargos formales ni buscar candidaturas.
Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, sabe que este distrito es clave para definir las victorias o derrotas en las elecciones intermedias. En 2025, la elección bonaerense será determinante para el escenario político. Aunque no habrá un único candidato en todas las boletas del país, el resultado en la provincia de Buenos Aires será crucial.
El gobernador enfrenta una disyuntiva: ¿debería ceder la integración de las listas legislativas a otros actores del kirchnerismo como siempre, o considerarse a sí mismo como candidato presidencial? Si opta por lo segundo, deberá negociar con Máximo Kirchner y definir su relación con Sergio Massa, el último candidato presidencial del peronismo. ¿Aceptaría Kicillof que Massa sea candidato a diputado en su provincia? La lapicera está en sus manos.