Argentina y el desafío energético del siglo XXI: del ferrocarril al liderazgo en gas natural licuado

En el siglo XIX, Argentina inició la construcción de su red ferroviaria, una obra clave que permitió exportar granos y carnes desde el interior hacia Europa, generando enormes beneficios económicos. Este modelo también fue adoptado por países como Estados Unidos, Canadá y Australia, pero no fue replicado globalmente en la misma época. ¿Por qué? La respuesta está en los resultados que esos países obtuvieron y en su capacidad para transformar la energía en movimiento.

La historia de la Revolución Industrial es la historia de la evolución energética: primero el carbón, luego el petróleo y gas, la energía nuclear, la hidroeléctrica y, más recientemente, las energías renovables. Desde 1870 hasta hoy, las grandes guerras europeas giraron en torno a la disputa por recursos estratégicos como el carbón, el acero y el petróleo. La Unión Europea nació en parte para evitar esos conflictos, a través del Acuerdo de Roma, que estableció precios comunes para el acero y el carbón.

Hoy, la matriz energética europea depende en gran medida del gas barato suministrado por Rusia, con Alemania y otros países fabricando productos industriales de alto valor y tecnología avanzada a costos competitivos. Sin embargo, la guerra entre Ucrania y Rusia aceleró la necesidad de diversificar los proveedores energéticos. Además de Europa, economías asiáticas como China, India, Japón y Corea del Sur son grandes importadores de gas natural licuado (GNL).

Estados Unidos, que hace pocas décadas restringía el uso del gas solo a regiones del norte, se ha convertido en el principal exportador mundial tras descubrir y explotar yacimientos en Alaska y mediante la técnica del fracking. Actualmente, suministra el 50% del gas que consume Europa.

Argentina, con sus vastas reservas en Vaca Muerta, tiene el potencial para ubicarse como el quinto exportador mundial de gas, detrás de Estados Unidos, Australia, Qatar y Rusia. La producción podría alcanzar los 88,4 millones de toneladas anuales (MTPA), equivalentes a unos 50.000 millones de dólares en exportaciones, un volumen comparable a toda la exportación agropecuaria argentina y capaz de duplicar el tamaño del PBI nacional.

Para lograrlo, se requiere una inversión estimada entre 20.000 y 30.000 millones de dólares, destinada principalmente a la construcción de un gasoducto exclusivo para la producción y exportación de GNL. Actualmente, avanza un proyecto para transportar gas desde Vaca Muerta hasta Punta Colorada, en Río Negro.

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