El aumento de los focos de conflicto en el mundo —con Ucrania y la Franja de Gaza como epicentros de violencia prolongada— ha reactivado las especulaciones en torno a una eventual Tercera Guerra Mundial. En ese marco, analistas comenzaron a debatir cuáles serían los posibles alineamientos geopolíticos en el escenario latinoamericano. Una hipótesis que gana terreno: la conformación de una alianza entre Argentina y Brasil como bloque militar y estratégico frente a las grandes potencias.
Aunque esta posibilidad sigue siendo especulativa, los antecedentes de cooperación entre ambos países le otorgan cierto sustento. Argentina y Brasil han trabajado juntos en proyectos de defensa, desarrollo tecnológico, aviación militar y energía nuclear. También comparten una larga historia de diplomacia activa en organismos multilaterales y una mirada común sobre la autonomía regional en política exterior.
Si bien México lidera la región en gasto militar, Argentina y Brasil combinados tendrían una mayor proyección estratégica. Según diversos informes, la capacidad de ambos países se vería potenciada no solo por su infraestructura militar, sino por su posición geográfica, recursos naturales abundantes, control de agua dulce y capacidad agroindustrial.
Brasil, el actor militar más fuerte de la región
Con una de las fuerzas armadas más grandes y profesionalizadas de América Latina, Brasil ha invertido en la modernización de su ejército, el desarrollo de submarinos nucleares y vehículos blindados propios. Su política de defensa también incluye alianzas con potencias como Francia e Israel.
Argentina, aunque con un poderío militar más modesto, aporta experiencia en misiones de paz de Naciones Unidas, una industria aeronáutica propia (a través de FAdeA) y un desarrollo científico-tecnológico relevante, particularmente en energía nuclear, con la Comisión Nacional de Energía Atómica como referente regional.
Geopolítica y recursos en juego
Una eventual alianza entre Argentina y Brasil tendría una importancia geopolítica significativa. Juntos conforman el eje más grande del Mercosur, controlan la cuenca del Amazonas, el Acuífero Guaraní y vastas reservas minerales y alimentarias. En un contexto de guerra global, donde los recursos naturales serían clave, el valor estratégico de ambos países crecería exponencialmente.
Por ahora, el escenario bélico sigue siendo una posibilidad remota. Sin embargo, en tiempos de tensiones crecientes y realineamientos globales, la cooperación suramericana en defensa y estrategia comienza a figurar como una carta a considerar.