El impacto de la inteligencia artificial sobre el empleo sigue en el centro de la agenda global. En una entrevista reciente, Sam Altman, CEO de OpenAI, alertó que los empleados de mayor edad serán los más expuestos a la disrupción tecnológica. Su preocupación no se centra en los jóvenes, sino en quienes llevan décadas en un mismo sector y podrían resistirse a la reconversión profesional.
“Me preocupa más lo que significa, no para el joven de 22 años, sino para la persona de 62 años que no quiere volver a capacitarse o reciclarse”, explicó a la periodista Cleo Abram.
Altman reconoció que ciertos trabajos desaparecerán, pero defendió que las nuevas generaciones tienen más herramientas para adaptarse: formación tecnológica, disposición a aprender y flexibilidad para explorar nuevos sectores. El desafío, según su visión, es lograr que toda la población —y especialmente los trabajadores veteranos— esté preparada para empleos emergentes.
No todos comparten su optimismo. Dario Amodei, CEO de Anthropic, proyecta un escenario más severo: estima que la automatización podría eliminar hasta la mitad de los empleos administrativos de nivel inicial en cinco años. Su advertencia incluye una crítica directa a gobiernos y empresas tecnológicas por la falta de preparación educativa y de políticas públicas para enfrentar el cambio.
